Gusanillos

18 dic 2016 / 11:14 H.

También conocidos como borrachuelos o pestiños de Jaén. Son dulces de masa frita cuya receta varía en cada casa, dependiendo de las especias que usamos. Su origen se encuentra en el legado árabe-andalusí, de ahí que sea una receta tan popular en Andalucía. Concretamente, esta me trae maravillosos recuerdos de la infancia, pues la hacíamos en casa todos juntos en las vísperas de Navidad. Como los utensilios eran otros, amasábamos en una tinaja de barro y, en vez de rodillo, contábamos con unos botellines de “El Alcázar” para estirar la masa. Lo cierto es que hemos disfrutado mucho cocinando en familia. Por ello, os animo a que sigáis haciendo lo mismo con vuestros hijos. Que no perdamos esa tradición y ese tesoro de la cocina de nuestra tierra. Les ayudaremos a crecer en muchos sentidos. Así que, esta receta es un homenaje a mi madre, Juana. A esos inolvidables momentos compartidos y a todas sus enseñanzas durante todos estos años.

Elaboración

INGREDIENTES.

1 kilo de harina de trigo, 300 ml. de aceite de oliva virgen extra (AOVE), 300 ml. de vino blanco, 1 cucharadita de sal, una tira de cáscara de limón, cáscara de 1 limón rallado, 1 rama de canela, 1 cucharadita de ajonjolí, 1 cucharadita de matalahúga o matalaúva, 1 cucharadita de canela molida, 1 cucharadita de clavo molido.

PREPARACIÓN.

Poner el aceite a calentar. Freír la tira de cáscara del limón. Echar el ajonjolí y la matalahúga con cuidado de que no se queme. Ahora colamos el aceite y lo dejamos enfriar. En un bol, echar la harina y la sal. Añadir el vino blanco, el clavo, la canela, la cáscara de un limón rallado y el aceite frío. Amasar hasta obtener una masa homogénea. Dejar reposar media hora, tapada con un paño de cocina. Coger pequeñas porciones de masa y estirar con la ayuda de un rodillo (o botellín), sobre una mesa enharinada. En mi casa hacíamos tiras rectangulares, más bien finas, que luego doblábamos en forma de lazo. Es decir, la tira se doblaba sobre sí, formando un ángulo de unos 30 grados, aproximadamente. Freír en abundante aceite de oliva. Sacar sobre papel de cocina para recoger el exceso de aceite y pasar por azúcar que tendremos dispuesta en un plato. Se suele preparar grandes cantidades, ya que se conserva bien en una caja de cartón.