Gastronomía y música, unidas

El prestigioso cocinero Sergi Arola imparte una clase magistral en la que presentó sus últimas creaciones

01 jun 2018 / 08:57 H.

Comienza la tercera semana del Festival Internacional de Música y Danza “Ciudad de Úbeda” con interesantes propuestas. En concreto, la jornada del jueves tuvo dos citas importantes. La primera, protagonizada por el chef Sergi Arola, que elaboró una tapa para la cita musical a petición de la Asociación Cultural Amigos de la Música, organizadora del acontecimiento. Y es que la intención del colectivo es crear sinergias y, en esta edición, a la música, la danza y el patrimonio, piezas fundamentales de la cultura, se une la gastronomía.

Sergi Arola ofreció, en las instalaciones del Hotel RL Ciudad de Úbeda, una “masterclass” durante la cual elaboró los dos bocados oficiales del festival. En primer lugar, el chef explicó a los asistentes cómo construir su última creación, una versión de la ensaladilla rusa, en la que no faltan los ingredientes principales de la misma, como patata, atún, zanahoria, guisantes y mahonesa, pero que se puede tomar con los dedos. En segundo lugar, elaboró uno de los platos más típicos de la gastronomía ubetense, los andrajos, pero con un toque asiático. En ambos platos empleó aceite de oliva virgen extra de la empresa local Baltasar Lara y Cía. Bocados que sorprendieron al público y, además, pueden degustarse antes, en el descanso y al final de las diferentes citas programados en el “Ciudad de Úbeda”.

La segunda de las propuestas de la jornada de ayer tuvo lugar en un marco incomparable, como la Sacra Capilla de El Salvador, y llegó de la mano del trío formado por el pianista Juan Pérez Floristán, Pablo Barragán al clarinete y el violonchelista Andrei Ionita. Esta formación ofreció un magnífico concierto de música de cámara de primera línea. Así, interpretó obras de dos grandes compositores de la historia de la música, como Johan Sebastian Bach y Johannes Brahms. La actuación se dividió en dos partes, en las que el trío interpretó piezas como la Suite núm. 1 para violonchelo solo en Sol mayor, BWV 1007; Prélude, Allemande, Courante, Sabarande; Menuet I, Menuet II y Gige de J.S. Bach.

Además, dentro de la primera mitad del concierto, el público pudo disfrutar, entre otras obras, de la Sonata para clarinete y piano núm. 1 en Fa menor, Op. 120. Asimismo, ya en la segunda parte, tras el intermedio, sonó el trío para clarinete, violonchelo y piano en La menor, Op. 114 de J. Brahms, en concreto los movimientos: Allegro, Adagio, Andantino grazioso y Allegro.

El trío en la menor Op 114 es la única obra que tiene Brahms para la formación de clarinete, violoncelo y piano, ya que el pianista y compositor alemán se decantaba por las combinaciones de instrumentos poco habituales. Incluso llegó a realizar una adaptación hecha por el propio compositor para viola en lugar de clarinete, composición que pertenece a la última etapa de la producción del famoso músico alemán.