“Redobles de amor anunciaron la solemne proclamación del primer alcalde”

    22 abr 2016 / 19:16 H.

    Además, se señaló para aquellos días la fundación oficial de la aldea, que había de celebrarse con cierta solemnidad. Esta noticia hizo renacer de nueve entre los habitantes de toda la paz y tranquilidad que podían producir hermosos discursos, vino y firmas solemnes. Los pequeños tamborileros, adornados con los flecos plateados de sus fajas azul celeste y con los plateados pompones de sus grandes sombreros, habían inaugurado debidamente aquel solemne día en que la aldea, en honor de su rey Carlos III, recibió el nombre de “La Carolina”. En él también se puso la primera piedra para la Casa Ayuntamiento de La Carolina y para las cuatro nuevas colonias de la vecindad; en él se nombró alcalde para las cinco aldeas mancomunadas. Redobles de amor anunciaron la solemne proclamación del primer alcalde. Hubo un silencio absoluto. Se oían volar las moscas. Y el silencio fue mayor todavía cuando el oficial español del Ayuntamiento subió a una tribuna primitiva y, con su extraño acento, dirigió primero una corta alocución a los colonos.

    (Fragmento de “Por trescientos reales”, capítulo dedicado a la fundación de La Carolina por Rudolf A. Kaltofen).