Un mismo nombre, dos realidades

Semejanzas y diferencias a primera vista entre el Jaén español y el filipino

28 may 2016 / 11:15 H.

El Jaén español y el filipino comparten un mismo nombre, pero sus realidades presentan más diferencias que semejanzas. Basta con dar un paseo por las calles de ambos municipios, contemplar las edificaciones, visitar las sedes de los principales servicios o conocer el mercado para comprobarlo. El Jaén español posee mejores infraestructuras y un urbanismo mejor desarrollado. Pertenecen a mundos distintos. Sin embargo, a pesar de la distancia, el hecho de que el archipiélago asiático fuera, durante más de tres siglos, una colonia española permite que las disparidades sean menores que con respecto a cualquier otro país de la zona. Hay un sustrato cultural común, enriquecido, en el caso del Jaén filipino, con otras influencias como consecuencia de su devenir histórico. El que las dos ciudades posean una mayoría católica no solo se circunscribe al ámbito más estricto de la fe o la creencia individual, sino que va más allá y ejerce una influencia significativa en tradiciones, fiestas y costumbres. Esta singularidad se manifiesta también en la elección de nombres del santoral católico, lo que unido a la prevalencia de los apellidos españoles —De Guzmán es el más frecuente en el Jaén filipino— parece estar en un país latino. De hecho, hay más similitudes entre el Jaén peruano y el filipino que entre estos y el español. A la hora de sentarse a la mesa, algunos platos y guisos se identifican rápidamente como vinculados a nuestra tradición culinaria. Las huellas del español también se hallan en el idioma filipino, con 3.500 palabras procedentes del castellano y una influencia clara en un tercio de los términos utilizados.

Los algo más de 67.000 habitantes que posee el municipio asiático distan mucho de los casi 116.000 habitantes del español. Mientras que el primero experimenta un continuo crecimiento, la tendencia en el segundo es precisamente la contraria. En lo que no hay duda es en la dependencia del sector primario, algo que une a los dos municipios.