El joven denunciante del caso Romanones reitera los abusos

Relata que, para él, el padre Román “lo era todo, su guía y único referente”

09 mar 2017 / 10:13 H.

El joven que denunció al padre Román M. V. C. por supuestamente abusar sexualmente de él cuando era menor de edad declara que este sacerdote “era todo para él, su guía y único referente, casi como un padre que le manipuló y anuló por completo”, lo que le impidió alejarse de él y del grupo que conformaba durante el periodo en el que se produjeron los presuntos abusos, desde 2004 a 2007, cuando sentía “auténtico pánico de dormir” junto a esta persona porque “sabía” que le “iba a tocar”. El denunciante relató ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Granada que juzga al padre Román, que se enfrenta a una petición fiscal de nueve años de cárcel, los distintos abusos y “violaciones” a las que supuestamente fue sometido por parte de este sacerdote en la casa parroquial del templo de San Juan María Vianney del barrio granadino del Zaidín y en el inmueble que el grupo de Los Romanones tenía en los Pinillos. Afirma que en este inmueble llegaron a participar otros tres curas más del grupo, que, según su testimonio, también mantenían relaciones sexuales entre ellos, si bien afirma que todos los miembros de este colectivo eran “conocedores de lo que allí sucedía”. Lo hizo en el transcurso de una extensa declaración en calidad de testigo, que se prolongó durante cinco horas, y en la que se derrumbó en varias ocasiones, llegando a tener que salir una vez de la Sala, momento en el que insultó a algunos de los sacerdotes que estuvieron inicialmente imputados en la causa, de la que fueron excluidos tras declararse prescritos los delitos que se les atribuían. El joven se refirió a episodios de “masturbaciones”, “penetraciones” e “intentos de felaciones”, cuando tenía entre 14 y 17 años, un periodo en el que se definió como “vulnerado y pisoteado” y en el que mantenía una relación de “dependencia sentimental” respecto al padre Román, al que veía como “el todopoderoso”, su guía y “único referente moral y espiritual”. “Era como si perteneciera a una secta cerrada y virulenta, que él lideraba, asumiendo todos sus abusos”, relató, para explicar el porqué de seguir durante años en el llamado grupo de Los Romanones, durante esta época de su adolescencia, cuando afirma que la “única moral que conoció” fue “la del abuso sexual”. “Él —por el Padre Román— era capaz de hablar de amor fraternal en la homilía y por la tarde estar violando a niños”, clama, afirmando que decidió acudir a la Justicia porque tras escribir al Papa y poner el asunto en conocimiento de la Diócesis de Granada, no se sintió “ni apoyado, ni acompañado ni respetado” por el arzobispo de Granada, que también declarará como testigo en esta vista. El joven relata cómo se sucedieron los primeros momentos en los que decidió dar el paso de contar los supuestos abusos que había sufrido.