Devoción rociera llueva o truene en el camino

Nadie puede con los rocieros. Llueva o truene, nadie puede con la la devoción por la Reina de las Marismas. La mayor peregrinación de España llega este fin de semana a su momento especial. Atrás quedan cientos de kilómetros entre barro y fuertes lluvias, en una romería atípica y que pocos peregrinos. Y es que el verdadero Rocío es una mezcla de sentimientos entrelazados: alegría, cantos y fiesta, frente a lágrimas, suspiros, silencio, promesa y expresión de sentidos.

La marcha rociera va acompañada durante todo el camino por un elemento esencial, el tamborilero, a ritmo del tambor y del sonar de la flauta. Junto a él, el cohetero va sembrando el cielo de expresiones que guían y convocan a los más retrasados y tras ellos, las hermandades y todo un revuelo de flecos, lunares y flores. Lo más típico es hacer el recorrido a caballo, en carreta o a pie, a través de las marismas durmiendo en pleno campo. Estos interminables cortejos, de carrozas entoldadas y repletas de flores, se encontrarán en la aldea onubense de El Rocío.

La noche del domingo nadie duerme a la espera de poder entrar al templo para pasear a la Blanca Paloma. El salto es el momento de mayor fervor, cuando los almonteños invaden la ermita, saltan las vallas y pasean a la Virgen por su aldea. Por la noche, en los campamentos se bebe, se canta y se baila al son de guitarras flamencas y panderetas. Velas, antorchas y bengalas iluminan los Simpecados de las Hermandades, mientras miles de personas cantan los Misterios en honor a Nuestra Señora. Hacer el Camino es para el rociero una forma de vivir el acercamiento, paso a paso, a pie, en carretas, a caballo, en todo tipo de vehículos, hacia la Virgen del Rocío. Desde Sevilla, Huelva, Cádiz o cualquier parte de España o del mundo llegan peregrinos, para hacer el camino.

Sin embargo, este año ha estado marcada por la lluvia, el viento y el frío que han impedido a la mayoría de las hermandades realizar el camino por los lugares tradicionales y se vieron obligadas a modificar el itinerario. Asimismo, unos 1.500 profesionales de las diferentes administraciones, coordinados en el Plan Aldea, velarán por la seguridad del más del millón de personas, que, aproximadamente, acudirá este fin de semana a la aldea de El Rocío, en Almonte. El dispositivo se puso en marcha ayer y estará activo hasta las dos de la tarde del martes 17 de mayo con el fin de que la estancia en la misma transcurra con normalidad con la llegada de 117 hermandades. En el transcurso de la presentación del Plan Aldea en El Rocío, la Administración central, autonómica, provincial y local coincidieron en destacar “el esfuerzo común y la colaboración” entre ellas a fin de garantizar el normal desarrollo de la Romería 2016, que hasta el momento transcurre sin incidencias relevantes, a pesar de las inclemencias del tiempo, que han hecho que este año se esté viviendo “un Rocío atípico y lleno de cambios de última hora” por el estado de los caminos, algunos intransitables. Por ello, aplaudieron “la capacidad de reacción” de todos los efectivos participantes.

De este modo, el dispositivo del Plan Aldea coordina y moviliza a agentes de la Administración central, autonómica y local. En concreto, prestarán sus servicios en la aldea 520 guardias civiles, unos 500 efectivos del Ayuntamiento de Almonte, así como 300 entre la Policía Autonómica y personal del dispositivo sanitario, entre otros. El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, detalló que la Guardia Civil comisiona para el dispositivo en la aldea a personal destinado en las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, en concreto, de la Brigada de Seguridad Ciudadana y efectivos de distintas especialidades, como el Servicio de Desactivación de Explosivos (Tedax), el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), el Servicio Aéreo, Policía Judicial, los grupos de Seguridad Ciudadana, Reserva y Seguridad (GRS). A ellos se suman la Unidad de Caballería y del Sector de Tráfico, que centran su cometido de vigilancia y control en las carreteras de acceso y salida a la aldea de El Rocío y sus proximidades. Bajo la dirección de una Central Operativa, que dirige y coordina las patrullas y puestos fijos de servicios ante cualquier eventualidad, 232 agentes se distribuyen en las patrullas de seguridad ciudadana desplegadas por la aldea. Sanz recordó que para este Rocío 2016 son 117 las hermandades filiales que peregrinan hacia la aldea. A pesar de las inclemencias del tiempo, se estima que al menos 100.000 peregrinos emprendan el camino para dirigirse a la aldea, con 3.500 tractores y charrés, unas 2.300 carriolas y más de 7.600 caballistas y vehículos.