Quejas ante la proliferación de la mendicidad en la ciudad

Una situación que genera incomodidad. Vecinos de Alcalá la Real critican la proliferación de la mendicidad en la vía pública desde hace unos meses. Indican que se trata de personas, en general de nacionalidad rumana, que se distribuyen por diversos puntos del casco urbano, en particular el acceso a los principales supermercados y las inmediaciones de las iglesias. El número de mendigos varía a lo largo del año, con periodos en los que son más abundantes y otros en los que su presencia se reduce de manera drástica. Esto se debe, de acuerdo con las fuentes, a la circunstancia de que muchas de estas personas mantienen vínculos familiares entre ellas y se mueven por diferentes municipios en los que permanecen “a temporadas”.

29 ago 2015 / 08:35 H.


Una de las circunstancias que más incomoda es la actitud de algunos de los pedigüeños. En este sentido, se apunta a que, en ocasiones, insisten al demandar limosna hasta el punto de que algunos de los viandantes se sienten coaccionados. Incluso, de acuerdo con estos alcalaínos, no reaccionan bien cuando se niegan a entregarles dinero y llegan a mostrarse “desafiantes”, hasta con imprecaciones dirigidas a quienes rehúsan colaborar. En el caso de la iglesia del convento de la Encarnación —dominicas— en El Llanillo los mendigos a veces se colocan en el tranco, lo que, unido a las reducidas dimensiones de la puerta y de la calle, dificulta la circulación de los peatones y el paso de los fieles. También se alerta de la presencia de mujeres que piden acompañadas de menores —incluso bebés— que las acompañan en la vía pública con independencia de la temperatura, haga frío o calor. La presencia de los menesterosos genera malestar también en el seno de los negocios ante los que se colocan que no ven con buenos ojos que se “moleste” a sus clientes. A veces, han llegado a reclamarles que abandonen la parte de titularidad particular del acceso a los establecimiento, aunque con frecuencia tales solicitudes suelen caer en saco roto y los mendigos acaban por volver. A menudo, los grupos de mendigos, en general mujeres jóvenes, recorren las calles para pedir casa por casa, una situación que también disgusta a los dueños de las viviendas.
Los indigencia a veces se mueven en furgonetas y no tienen problema en acampar en vía pública —por ejemplo ayer por la tarde había una familia en el césped del parque de El Campero—. Alguna vez incluso, han subsistido, acompañados de menores, en  una tienda de campaña situada en la zona de Los Canarios.
Los alcalaínos consultados piden a las autoridades que tomen cartas en el asunto para controlar situaciones que, a su juicio, con frecuencia, “rayan en la ilegalidad”.  En este sentido se apuesta por, ayudar si es necesario, a esas personas en situación precaria y en que se preserven los derechos de los menores que se desplazan con las familias y que suelen se trasladados por estas a su “lugar de trabajo” y a cualquier hora.