Voces que claman “por mí, por tí, por todas”

Unas tres mil personas en la manifestación institucional

09 mar 2018 / 09:01 H.

Antes de llegar a la Puerta Barrera, cuando la Avenida de Madrid se estrecha, los participantes en la marcha que recorrió la capital con motivo del Día de la Mujer llegaron como a una especie de clímax. Había aproximadamente unas tres mil personas, “más que otros años”, se comentaba entre los presentes, y el sonido de las conversaciones, los gritos de “luego diréis que somos cinco o seis” y consignas como “no nos mires, únete” resonaban con muchísima fuerza, con eco, un estruendo que multiplicaban los tambores que había distribuidos estratégicamente para llamar la atención. De eso se trataba precisamente, de hacerse notar, de lograr que los que no se hayan enterado todavía abran bien los ojos y afinen el oído para darse cuenta de que es preciso acabar con conductas como preguntar a una mujer si piensa quedarse embarazada antes de contratarla o que el jefe, y también la jefa, ponga cara de póker cuando le hablen de aquello de “conciliar la vida familiar y laboral”. Mujeres que ya son abuelas, de la mano de sus nietas, gritaban con indignación contra la injusticia de cobrar menos por coger aceituna que un hombre y otras dejaban claro, un año más, que están hartas de que solo puedan acceder a trabajos que, aunque dignos como todos, están rodeados de precariedad, como los relacionados con la limpieza y el cuidado del hogar. “Que no que no, que la igualdad no es real”, la proclama apuntalaba esta opinión.

Tuvo notable éxito la manifestación que puso en marcha la Comisión por la Igualdad y contra la Violencia de Género de Jaén, la considerada marcha oficial, aunque, finalmente, no participó la Coordinadora 8M, al entender esta última entidad que debía de encabezar, organizar y convocar la marcha, al igual que, aseguran, se hizo en el resto del país. El contexto en el que llegó este 8 de marzo contribuyó a la afluencia masiva y, solo con atender las proclamas, se entendía el motivo que más escocía. “Alerta, alerta, alerta feminista, violan a las chicas a la vuelta de la esquina”, se desgañitaba un grupo, en recuerdo a la joven de la que, el pasado viernes, intentaron abusar en un portal en el concurrido Paseo de la Estación. Hay cinco detenidos como sospechosos y para ellos había un aviso: “Hermana, escucha, aquí está tu manada”. Y un lamento, por la que tuvieron infinita peor suerte que la adolescente jiennense, “somos el grito de las que no están”.

En el recorrido, que comenzó en la Plaza de las Batallas y terminó en la Constitución, pasando por la calle Baeza y la Avenida de Madrid, hubo muchos hombres, de todas las edades, y representantes de colectivos profesionales, que se citaron para quedar y asistir al acto reivindicativo, como fue el caso de las periodistas. Llegaron muchos alcaldes y responsables orgánicos e institucionales socialistas y asociaciones de mujeres que se desplazaron desde distintos puntos de la provincia, como la vecina Pegalajar, Baeza, Alcaudete y Quesada. Cuando la cabeza de la manifestación llegada al final del camino, los últimos manifestantes estaban todavía a la altura del parque, por lo que algunos se perdieron la lectura del manifiesto final, un mantra en el que cada deseo era “por mí, por ti, por todas”, peticiones como estas: “No quiero más violencia hacia la mujer. No quiero golpes que duelan ni palabras que hieran. [...] Quiero decidir cuándo mi cuerpo se toca, con ropa o sin ropa. Porque si el amor me aprieta, no es mi talla. [...] Quiero andar tranquila por la calle sin ser objeto de miradas y palabras lascivas. Mi cuerpo no es un objeto de atracción para los demás. [...] Creo en el feminismo como una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente. [...] Quiero dejar de ser una eterna cuidadora. O conciliamos, o paramos. Reivindico una mujer situación socio-laboral para las mujeres. [...] Sé que puedo cambiar el mundo, porque no es una utopía, es justicia. Quiero igualdad para mí y para todas las mujeres”.