Vecinos alertan acerca de la “mafia” de okupación de pisos

Habitantes del barrio piden soluciones antes que se produzca una “tragedia”

19 sep 2016 / 13:30 H.

La convivencia vecinal en las sesenta viviendas está más que deteriorada. De eso avisan residentes en el entorno, que califican de “polvorín” el panorama. La indignación deriva de la presencia de familias que vienen de fuera a las que se atribuye el origen de conflictos y “conductas incívicas”.

Habitantes del entorno denuncian la existencia de una “mafia” que se dedica a vender pisos que están vacíos. “Los llenan hasta el punto de que, en algún caso, hay varias familias viviendo en uno solo”, apuntan. El motivo del descontento es que, en ocasiones, esos nuevos residentes en el barrio no son, precisamente, cívicos, de manera que distorsionan la convivencia. “Hay gente que no deja que sus hijos bajen a los parques, por miedo”, apuntan las fuentes consultadas por Diario JAÉN.

En esta línea, aseguran que, más allá de que se trate de okupas, el problema de fondo radica en la actitud de algunos nuevos inquilinos. “La gente que lleva aquí desde siempre tiene buena convivencia”, apuntan. Entre las conductas que generan preocupación se hallan los destrozos en las zonas comunes de los bloques, así como la proliferación de puntos de comercialización de drogas. Además de la “mala fama” que da al barrio, crece la indignación por los comportamientos que se comparan con algunas de las escenas grabadas por el célebre programa televisivo “Callejeros” en algunas ciudades de España. En este sentido, los vecinos, molestos, critican el lanzamiento a la vía pública, desde las ventanas, de desechos como papeles, bolsas o restos de comida. Igualmente se levantan voces contra el deterioro del mobiliario urbano y de las zonas verdes que rodean el residencial. En opinión de los moradores del barrio consultados, las administraciones públicas hacen “dejación” de su responsabilidad y no toman cartas en el asunto, de manera que “dejan hacer” y permiten que la situación empeore.

Diario JAÉN pudo conocer el testimonio de un vecino que se muestra satisfecho de tener la opción de marcharse de esta área. Después de años de residir en una vivienda de la Junta de Andalucía, ha conseguido adquirir un piso en otro barrio de la ciudad del que es originario. De esta forma espera librarse de los problemas de permanecer en el entorno. Eso sí, tanto él como las demás personas que muestran su descontento reconocen que los protagonistas de los comportamientos “poco edificantes” son una minoría.

Las demandas vecinales pasan por plantear a las autoridades una rehabilitación de los bloques y que tomen medidas para evitar conflictos entre los habitantes del lugar. A juicio del vecindario, el suceso desencadenado el sábado por la noche no fue más que un ejemplo de la supuesta degradación que presentan las sesenta viviendas. Por ello, temen que los ajustes de cuentas se repitan tanto a raíz del altercado como a consecuencia de otras fricciones ocasionadas por personas ajenas al barrio.