Unidad para acabar con un urbanismo anclado en los 90

Revitalizar el casco antiguo e impulsar el PGOU es clave, según los expertos

24 ago 2017 / 10:56 H.

Falta de inversión pública, déficit en infraestructuras claves, como el ferrocarril, desequilibrio entre barrios, un aspecto sucio y descuidado, el Plan General de Ordenación Urbana “atascado” desde 2014, demoras en la concesión de licencias y, hasta que recientemente llegó el movimiento “Jaén, merece más”, apatía de la población que no exige a las administraciones para lograr el desarrollo de la capital; una urbe con un modelo que, creen, no le corresponde y, de algún modo, está aún anclado en la década de los 90 del siglo pasado. Para solucionarlo, consideran, es preciso que haya altura de miras y trabajo en común de todos los cargos públicos, de la mano de los vecinos. Es el diagnóstico de la ciudad que dibujan entre cuatro voces autorizadas para hablar del urbanismo jiennense: el decano del Colegio de Arquitectos, Pedro Cámara; Manuel Rodríguez Sanz, antiguo gerente de Urbanismo; Antonio Sánchez del Pino, al frente del estudio Mapea, al que corresponden proyectos como Terra Oleum, el museo activo del aceite de Geolit, y Laureano Matas Trenas, que fue uno de los colaboradores en la redacción del PGOU de Jaén.

Estos expertos apuestan por que, de una vez por todas, haya altura de miras y unidad política para lograr que la ciudad, al menos, se equipare al resto de sus homólogas andaluzas. Para ello, como deja claro el decano de los arquitectos, es crucial trabajar en torno a la consecución de los fondos europeos enmarcados en el llamado programa DUSI, acrónimo de desarrollo urbano sostenible e integrado. “A diferencia de otras estrategias, esta implica un contrato, con obligación de cumplimiento y revisable”, reflexiona Cámara lo que, según él, es clave. ¿Se conseguirá este dinero? El arquitecto Manuel Rodríguez Sanz cree que sí, que si no se consiguió a la primera fue por cuestiones perfectamente subsanables, puesto que el planteamiento, a su juicio, dirigido por el arquitecto Miguel Ángel Berges, es excelente. Más aún, es clave que se apliquen las propuestas recogidas en el bautizado como “Hábitat 2020”, el paquete de medidas con el que el Ayuntamiento quiere lograr, ya en la tercera convocatoria, una financiación por valor de 19 millones de euros. Una inyección económica de este tipo es la que puede revertir situaciones como la falta de inversiones que se arrastra, desde hace más de un lustro, en el casco histórico, en sus palabras, al “irse al garete por la crisis” herramientas como el Área de Rehabilitación Concertada y los planes Urban, con los que se comenzó a intervenir en el centro. Y le hace falta, deja claro el exgerente de Urbanismo, porque hay calles que, literalmente, están a punto de desaparecer, vacías y con la mayoría o todas sus casas ruinosas.

El “alma” de Mapea, en esta línea de acometer acciones urgentes, apunta que, además de proyectos globales, más a largo plazo y que requieren del consenso, es perentorio atajar cuestiones como acabar con el “estrangulamiento” del casco urbano. Para lograrlo es fundamental, en su opinión, reactivar el tranvía, paralizado desde el 19 de mayo de 2011, y acometer infraestructuras como la estación intermodal. “Está muy bien peatonalizar el centro, pero también hay que pensar en la zona norte y acabar con la barrera artificial de la vía del tren, lo que es más fácil de lo que parece”. Laureano Matas Trenas, consciente de las dificultades económicas de la Administración local, entre las más endeudas de España, echa en falta que se apliquen fórmulas que funcionan en otros lugares, como aprovechar las plusvalías que genera la recalificación de terrenos. La capital, sostiene, no aprovecha su papel de primera ciudad de la provincia y núcleo principal de un área metropolitana de más de doscientos mil habitantes. “Jaén, a diferencia de otras capitales, no ha tenido excusa para crecer, pero también existe y, por eso, requiere un ‘leitmotiv’ para lograrlo”, reflexiona. Un intento fue la declaración de la Catedral como Patrimonio de la Humanidad, apunta Cámara, pero la visita de los técnicos de la Unesco a Jaén solo sirvió para, apostilla, “demostrar que tenemos una joya preciosa, con un cofre deteriorado”.

¿Por que este panorama? Desde el Colegio de Arquitectos culpan, en gran medida, a los políticos, a la poca disposición, por ejemplo, a aceptar propuestas que llegan de la entidad, y a la labor de “trinchera” de los distintos gobiernos municipales, más ocupados, razonan, en darle la vuelta a lo que hicieron otros que a poner en marcha una estrategia real para la ciudad. Y es que Jaén necesita paciencia y tesón, porque, como aclara Laureano Matas Trenas, cuando se pone en marcha una hoja de ruta para transformar una ciudad, los frutos pueden tardar hasta veinte años en llegar.

La recuperación del solar de La Victoria, ejemplo de que se puede

No todo son carencias en la ciudad, también hay ejemplos de que, con la suma de voluntades y la colaboración entre lo público y la inversión privada, que compensa la falta de recursos de las administraciones, se puede crecer y ofrecer espacios para el disfrute de la ciudadanía. Un ejemplo de ello, como apuntan los expertos reunidos en el Colegio de Arquitectos de Jaén, es la recuperación del solar del antiguo campo de fútbol de La Victoria. El complejo deportivo, la amplia zona infantil y la plaza que hay junto a El Corte Inglés, donde es frecuente la organización de citas de todo tipo, simboliza, explican, cómo trabajar bien por el futuro de Jaén. La cara opuesta de esta moneda lo representan los terrenos del antiguo Simago, en la calle San Clemente de la capital, unos codiciados metros cuadrados que valen oro, en el centro de la capital, en plena ruta comercial, y que, por la falta de acuerdo entre los propietarios y el Ayuntamiento, inmersos en un conflicto judicial están sin uso, afeando una de las principales vías de la ciudad, desde hace un década.