Una compañía necesaria para convertir el presente en un tesoro

La ayuda a domicilio mejora la vida de las personas dependientes y sus familias

25 feb 2019 / 13:09 H.

Amor, atención y muchas ganas de sonreír. Estas son algunas de las cosas que las casi 34.000 personas que reciben prestaciones de ayuda a la dependencia en Jaén reciben de cientos de profesionales. De ellas, destaca el impulso que tuvieron las ayudas a domicilio durante el año pasado, pues los usuarios de las mismas aumentaron la cifra en 2.911, siendo así un total de 9.453 personas dependientes que reciben en sus hogares este servicio. Y cada uno de estos números es una historia que cuenta la realidad más humana y el esfuerzo de miles de profesionales por dar lo mejor de sí mismos para convertir el presente en un tesoro para los mayores.

Desde hace unos años, Ana Cantos recibe la ayuda de María Elena Adán para cuidar de su madre de 82 años, quien sufre alzhéimer. Antes de la llegada de esta auxiliar de ayuda a domicilio a la vida de esta familia, Ana recuerda que vivía con un agobio constante, pues tenía que atender tanto a su madre, con quien vive, como a su suegro. Cuenta que su día a día cambió enormemente cuando apareció María Elena. “Me ayuda muchísimo con mi madre, ya que ella es totalmente dependiente”, comenta, no sin subrayar que, después de tantos años juntas, la auxiliar ha pasado a ser una más de la familia y asegura: “Desde que la conocimos, nunca hemos pensado en cambiar de auxiliar y a mí me gustaría seguir con ella hasta el final, porque yo no la cambiaría por nada”.

La madre de Ana, a pesar de ser una persona dependiente y de sufrir alzhéimer, no recibe otra ayuda que no sea la que María Elena le da durante unas dos horas al día o la de su propia familia, quienes siempre hacen todo lo que está en su mano para hacerla feliz. Por ello, Ana defiende que el trabajo de las auxiliares es “muy necesario” en la sociedad actual. “En mi caso, María Elena es como mis pies y mis manos. Yo vivo con mi madre y estar 24 horas con una persona dependiente es duro, por lo que si ella viene aunque sean solo dos horas para mí ya es mucho. Es una ayuda muy grande”, manifiesta. Asimismo, explica que conoce a otras familias que también reciben esta ayuda a domicilio y asevera que coinciden con su opinión. “De hecho, María Elena también cuida a unos vecinos míos y pueden contar exactamente lo mismo que yo. María Elena es estupenda y la ayuda a domicilio igual”, recalca.

Un servicio necesario pero con un futuro aún incierto

Del 1 al 10, Francisca Medina, auxiliar de ayuda a domicilio, puntúa su trabajo con la mejor nota, un 10. Este indiscutible sobresaliente lo defiende por ser el suyo un servicio “muy importante” para toda la sociedad. “Es realmente necesario que haya alguien que pueda ayudar a las personas mayores”, insiste. Asimismo, confiesa que, desde que se dedica a esto, se haca la misma pregunta todos los días: “¿Cuándo yo llegue, tendré la misma suerte de poder contar con alguien que me ayude, aunque sean solo dos horas al día?”. Y así se lo deja saber a los abuelos con los que trabaja cada día, a quienes les recuerda la gran suerte que tienen por tener a alguien que vaya a sus casas, los cuiden y se preocupe por ellos, y declara: “Nosotros, cuando lleguemos a su edad, no sé si vamos a tener la suerte de poder tener esto”. Por ello explica que lo único que desea para el futuro es que no se pierda su profesión ni la Ley de Dependencia, no por el trabajo en sí, sino porque “siempre haya ayuda para los abuelos”.

Preparación psicológica para afrontar las pérdidas

Uno de los momentos más duros que puede vivir un auxiliar de ayuda a personas con dependencia es la noticia del fallecimiento de la misma. A pesar de que, desde la empresa Clece, para la que trabajan tanto María Elena Adán y Francisca Medina, ofrece cursos con apartados específicos de psicología para preparar a los profesionales ante estas situaciones, “una cosa es el papel y otra la realidad”. Así lo indica Francisca, quien asegura que “lo pasa muy mal” cuando la persona a la que cuida fallece. “Los abuelos que yo tengo no son de uno o dos años, sino que son de muchos más y son parte de mi vida, por lo que lo paso muy mal”, explica. De hecho, el sábado de la semana pasada, murió una de las mujeres a las que cuidó y cuenta: “Las hijas de la mujer a la primera que llamaron fue a mí y estuve con ellas como si fuesen algo mío. Ella llevaba un año en una residencia, pero yo iba a visitarla incluso algunos fines de semana”.

Casi 34.000 usuarios de ayudas a la dependencia

Señal del antes y el después

Los familiares de las personas dependientes son los primeros responsables de cuidarlos. Sin embargo, llegados ciertos momentos, pueden verse sobrepasados por tal responsabilidad. Antes esto, los auxiliares de ayuda a domicilio son la solución perfecta para mejorar tanto la vida de la familia como la del usuario.