Una ciudad iluminada para conmemorar un gran sueño

Baeza celebra el aniversario con la actividad Renacimiento a la luz de las velas

16 sep 2018 / 11:13 H.

Un año lleno de magia. Veinticinco años han pasado ya desde que se creara el grupo de ciudades Patrimonio de la Humanidad. Un cuarto de siglo en el que la Marca España se ha visto reforzada en cuando a patrimonio y cultura. Por aquel entonces, había dos ciudades al sureste de la península que se gestaban como dos miembros de un grupo selecto lleno de joyas históricas. En el caso de Baeza, y aunque podría definirse de múltiples formas, hay dos palabras que se le asemejan especialmente y que la hacen digna de pertenecer a este colectivo. Una es su imponente belleza y otra la de su historia, y entre sus páginas más recientes, destaca aquel 3 de julio de 2003, marcado a fuego para todos sus vecinos que conseguían un sueño y, precisamente con fuego, más concretamente con el de diez mil velas, se celebró en la ciudad el aniversario del grupo de ciudades Patrimonio, al que Úbeda y Baeza pertenecen desde 2014.

Renacimiento a la luz de las velas, repartidas por la ciudad por distintos colectivos, fue un acto único que llenó de magia y misterio el casco histórico de la ciudad a eso de las ocho y media de la tarde y que dejó una imagen tan única que hasta Machado se hubiera emocionado al ver toda el casco histórico iluminado exclusivamente por las velas. Se dio comienzo así a un gran programa de actividades culturales que conmemoraron esta importante fecha. Entre ellas, destacó un acto institucional, que se celebró en el Montemar, bajo el título Noche del Patrimonio y que se realizó de forma simultánea en las quince ciudades al que siguió una actividad cultural diferente en cada una de ellas y que en Baeza corrió a cargo del Ballet Flamenco de Andalucía lo que supuso una cita muy esperada por los miles de vecinos y visitantes que no quisieron perderse una noche en la que la ciudad brilló más que nunca.

No serían las únicas, ya que hasta la madrugada, los baezanos pudieron disfrutar de una fiesta constante de la cultura y la belleza. La Capilla de San Juan Evangelista acogió el concierto de música clásica Parvulis Scholis mientras que, casi de forma simultánea, en las Ruinas de San Juan Bautista, se desarrolló A Ciegas, una puesta en escena de danza contemporánea. Y, como ocurre con la ciudad, todos aquellos que se decidieron a participar de esta gran fiesta vieron cumplidas sus expectativas ya que hubo otras actuaciones como la de Jerónimo Morales Velasco y Jerónimo Morales Medina, Poesía del fuego a cargo de la Asociación cultural Bhalamanu, concierto de la Coral polifónica en la Iglesia románica de Santa, una actuación musical en el Café Central a piano, la actuación de la coral Brisas de Amio en la Plaza de Santa, la del cantautor Toni Dublet en la Barbacana y, a medianoche, en la Plaza del Arcediano la de otro cantautor, Jose Pedro Jiménez. A las doce y media se pudo disfrutar con música tributo a Aretha Franklin, y, a la una menos cuarto, Fetiche actuó en la Barbacana. Otro de los actos más emotivos, fue la ruta poética acompañada con saxofón, a cargo de Salvador García, en la que se leyeron tres poemas. Por otra parte, la antigua universidad proyectó la película del colectivo Boamistura que resume el proyecto desarrollado en las 15 ciudades españolas durante 2017 y 2018. Y, todo ello, sin olvidar que, durante la noche, estuvieron abiertos los principales monumentos. Y así, con el deseo de nuevos sueños, se apagaron las velas.