Un “San Lucas” en claroscuro

El presupuesto municipal aumenta un 37% y las casetas siguen menguando

14 oct 2017 / 10:57 H.

Faltan apenas unas horas y la edición 2017 de San Lucas quedará oficialmente inaugurada con el pregón del grupo Apache, la cabalgata y el encendido de los casi dos millones de bombillas del alumbrado extraordinario. Este año, no hay amenaza de lluvia a la vista, para preocupación de muchos en esta tierra de olivos. El buen tiempo acompaña y, en el ambiente y en los rostros de la gente, se palpan las ganas de feria y de “cerrar España”, como manda el dicho.

Los bares del centro bullen desde hace una semana y, a solo unas horas de que le llegue la hora a “La Vestida”, ayer a mediodía, todo estaba manga por hombro en su recinto. Los camiones y furgonetas de las empresas de suministros colapsaban literalmente algunas calles y decenas de personas sudaban la gota gorda trabajando a un ritmo frenético. Ultimaban el montaje de los puestos, las atracciones y las casetas que, durante nueve días, actuarán de imanes para miles de visitantes deseosos de echar unas cañas y de olvidarse de las batallas cotidianas. En el interior de los módulos 3 y 4, que vuelve a ocupar “Cien x Cien”, Chus López, del estudio “Actualia”, supervisaba la decoración de una caseta que, en las cuatro ediciones de “San Lucas” que suma a sus espaldas, “ya es un referente”. “Es un día crucial. Nos van a dar las mil”, adivinaba la empresaria. Instaladores de luz y sonido, empleados de la empresa de catering y carpinteros se repartían por la caseta, como “zapateros, cada uno a sus zapatos”. Iban y venían, mientras ella coordinaba los detalles de una distribución de elementos que —subrayaba— es esencial para hacer atractivo el interior.

La feria que arranca hoy cuenta con un presupuesto municipal de 105.000 euros, que también ha cubierto las actividades de preferia. Respecto a la austera edición de 2012, en la que la inversión del Ayuntamiento no llegó siquiera a los 67.000 euros, el presupuesto aumenta un 37%, pero, incluso así, sigue siendo una octava parte del gasto municipal de 2007.

La cifra que continúa menguando es la concerniente al número de casetas. Hay 6 menos que el año pasado y, de los 90 módulos que componen la zona, han quedado libres 18. Y eso que se han admitido “todas las solicitudes”, como dijo la concejal de Cultura y Festejos, Isabel Azañón, en una rueda de prensa, a finales de septiembre. Las parcelas que han quedado vacías están tapiadas o no hay nada, como ocurre en la primera calle, donde, este año, en vez de 12 casetas, hay 6 y la imagen es desoladora.

En la de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazaremo y María Santísima de los Dolores, Fernando Díaz y Paco Ramírez tienen el motivo de esta decadencia. No es la crisis, sostienen. De hecho, las cifras macroeconómicas atestiguan la senda de la recuperación desde hace dos años. La clave —arguyen— son los precios del Ayuntamiento. “Pide mucho. Son 3.900 euros solo por el suelo y hay que pagarlo en junio. No da facilidades”, expone Ramírez, encargado de la caseta. “Antes de que empiece la feria, los caseteros ya hemos hecho un desembolso de 6.000 euros entre suelo, luz y agua”, añade Díaz, fabricano mayor de Jesús. “Antes, las máquinas de aire se incluían en el precio. Ahora, se pagan aparte, y todo, en conjunto, es una barbaridad para una feria que nunca sabes cómo va a resultar”, comenta el encargado, que insiste en la falta de apoyo por parte del Ayuntamiento. “No ayuda y, luego, promociona la feria de día en el centro y permite el botellón [en una zona acotada para ello]”. Gabriel Moreno también lo certifica. Sus “Cofrades de Santa Ana”, de Torredelcampo, lleva 31 años ininterrumpidos instalando caseta en “San Lucas”. El empresario se enorgullece de ser el casetero con más antigüedad en esta. Recala en la de Jaén, en la que confiesa que se esmera más porque es su tierra, después de hacer 14 ferias antes, y, en la comparación, dice: “El metro cuadrado de la caseta es más caro en Jaén”. Con todo sus “Cofrades” suman el mayor número de módulos (6) para una feria que —explica—: “Siempre es una lotería. No sabes si puede llover...”. Hasta noviembre, no se esperan precipitaciones, según la Agencia Estatal de Meteorología. “La sequía es peor —replica—. Estamos en tierra de campo, de olivar, y se va a notar en la presencia de gente de los pueblos. Seguro”. A partir del día 23, hablarán los balances.