Un pistolero mata a Magalhaes de un disparo

La Policía trabaja con la hipótesis del ajuste de cuentas e investiga los motivos

26 may 2017 / 10:41 H.

Al filo de las seis de la mañana, una fuerte detonación despertó a los vecinos del Tiro Nacional. El primero que se asomó a la calle vio el cuerpo de un varón, tendido sobre la acera y del que, literalmente, manaba un reguero de sangre. Se trataba de Alberto Magalhaes Amaro, uno de los autores del conocido como “crimen de la movida”, cometido en el año 2000 cuando apenas era un adolescente de 14 años. Ayer, cuando todavía no había amanecido, un pistolero acabó con su vida tras descerrajarle un tiro con una escopeta a las mismas puertas de su casa. “Quien fuera lo estaba esperando”, señala uno de sus vecinos, todavía conmocionado por lo ocurrido. El proyectil le entró por la izquierda y le atravesó de lado a lado. Magalhaes o “El Portu” como era conocido por su ascendencia lusa, no murió en el acto. Trató de agarrarse a la puerta de su casa y dejó marcas en la fachada con sus manos ensangrentadas. De hecho, estaba vivo cuando llegaron al lugar las asistencias sanitarias y la Policía Nacional. Se encontraba convulsionando sobre el asfalto. Sus heridas eran mortales de necesidad y falleció en la ambulancia del 061, a pesar de los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida. Deja viuda y dos hijos pequeños, un niño y una niña, de cinco y dos años. Hoy, a partir de las nueve de la mañana, recibirá sepultura.

En un primer momento, la Comisaría puso en marcha un amplio dispositivo para tratar de encontrar al autor del disparo, que se esfumó del lugar. Algunos vecinos hablan de que vieron un coche pequeño, de color blanco, por las inmediaciones. Un vehículo que no es de nadie del barrio. Sin embargo, la búsqueda resultó infructuosa.

De forma paralela, los miembros de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y de la Científica comenzaron a trabajar sobre el terreno. Los investigadores sospechan de que a Magalhaes lo han matado en un ajuste de cuentas. Lo que no está tan claro es el porqué. Y en eso se centran las pesquisas: “Tenía muchos frentes abiertos y también muchos enemigos”, explica un funcionario con muchos años de experiencia en el Cuerpo. “Puede haber sido por cualquier cosa, por temas de droga, por robos, incluso por algún asunto sentimental”, añade.

La Policía trata de reconstruir cuáles fueron los últimos movimientos del fallecido. Todavía no está claro si “Magalhaes” entraba o salía de su casa cuando fue abatido por el pistolero. Su esposa, que estaba en casa acostada junto a sus hijos, no supo determinarlo con claridad. Asegura que se durmió y no sabe si su marido llegó en algún momento de la madrugada. El fallecido iba vestido con ropa de calle y, junto a su cuerpo, se encontraron el juego de llaves de su domicilio y las llaves de su coche. El vehículo, un Audi A3, estaba aparcado a escasos metros de la vivienda, estacionado sobre la acera. El automóvil fue trasladado a la Comisaría con una grúa para una inspección ocular a fondo.

Al mismo tiempo, la Policía Científica recogía vestigios en la escena del crimen. Los agentes analizaban con lupa la fachada, la puerta, los hierros de las ventanas de la vivienda de Magalhaes en busca de cualquier huella o resto que permita identificar al autor de los hechos. También inspeccionaron un solar contiguo a la casa de la víctima, un lugar en el que pudo esconderse el pistolero para tender la emboscada mortal.

Por su parte, los agentes de la UDEV interrogaban allí mismo a los vecinos para comprobar si habían visto u oído algo sospechoso. Durante la mañana, comenzaron a tomar declaraciones en la Comisaría. Hay otra línea de investigación fundamental: el teléfono móvil de Magalhaes. Se trata de esclarecer qué llamadas realizó o recibió en las últimas horas y con quién las intercambió. Además, ese análisis también puede aportar datos fundamentales sobre los lugares por los que se movió el fallecido en las últimas horas.

Los agentes también han interrogado a su círculo de amistades, a gente con la que se solía relacionar. El objetivo es saber quién podría querer acabar con la vida de Alberto Magalhaes. Y las patrullas tratan de localizar el coche pequeño de color blanco descrito por los testigos. No obstante, y pese a que el caso se ha convertido en una prioridad absoluta, al cierre de esta edición, no se había producido detención alguna.

En la Comisaría hay un mutismo absoluto, pues la investigación ha sido declarada secreta por la magistrada Carmen Ballesteros, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Jaén. De momento, todo son incógnitas en un caso que ha conmocionado a la ciudad por la gravedad de los hechos y porque un pistolero anda suelto: ¿Quién ha matado a Magalhaes?