“Tuvimos que saltarnos una valla para coger la mortaja de mi madre”

Mi madre salió de su casa, para ir al hospital y no regresó ni siquiera cuando mejoró. Para colmo, a los tres meses del derrumbe cerca de su vivienda falleció y, como no podíamos entrar, tuvimos que saltarnos una valla para poder entrar a por la mortaja, las personas mayores son así, lo tienen todo preparado para el día en el que se van. Es una vergüenza lo que ocurre, parecía que íbamos a robar y solo queríamos pasar a la casa de mi familia”. Es el relato de Vicenta Hervás, una vecina de El Tomillo que sufre directamente un proceso administrativo que se eterniza, como denuncia la Asociación San Sebastián, que representa a este barrio, a los pies del Castillo, una entidad que preside Francisco Jesús Zuheros Quesada. Hace hoy un año y un día, los Bomberos tuvieron que intervenir por un derrumbe, a la altura del número 10 de la calle Subida al Tiro Nacional. La calle quedó cerrada con vallas y así continúa. Es imposible cruzar por la pequeña Plaza del Paso, en esta vía, lo que obliga a dar un rodeo para, por ejemplo, ir a la guardería Pedro Expósito y la principal tienda de la zona, tal y como lamenta el representante vecinal.

Vicenta Hervás está indignada y frustrada. “Dijeron que iban a abrir un acceso lateral, pero nada de nada”, lamenta y prefiere ser prudente por no decir “una barbaridad” para expresar lo que piensa sobre los responsables municipales. El máximo responsable de la asociación relata que tan solo 9 días después del derrumbe, es decir, el 19 de abril, ya se advirtió al Ayuntamiento de cómo afectaba lo ocurrido a Vicenta Hervás en particular y al resto de vecinos. Ante la falta de respuesta, se remitió otra queja, esta vez documentada con imágenes, en septiembre del año pasado. Un mes después llegó la respuesta, también en forma de misiva, del alcalde, que es también el concejal de Urbanismo, Javier Márquez. Les detalló, apunta, que se redactó un proyecto de intervención el 25 de junio que, sin embargo, se replanteó en apenas 72 horas para, de nuevo, introducir nuevos cambios. “No nos parece normal, la verdad”, considera Zuheros. Hartos de esperar, el colectivo vecinal, que está integrado en la federación Objetivos Comunes, elaboró un vídeo en el que muestran imágenes de cómo se encuentra la zona del derrumbe, un año después y reúnen a vecinos para darles cuentas de todos los pasos dados, todavía sin éxito, para que, de una vez por todas, el paso quede expedito. Lo que ocurre en El Tomillo no es nuevo, al menos, en los barrios del sur de la ciudad, donde la solución a problemas como filtraciones y derrumbes se eternizan, como lamentan los habitantes de esta parte del casco urbano, unos barrios pintorescos en los que, como denuncian sus habitantes, falta inversión de la Administración local. Fuentes municipales explican que la obra anunciada la ejecutará Aqualia y que el procedimiento está, actualmente, en la oficina de control de contratos, en la fase previa para que ya se pongan en marcha los trabajos.