Tres temporeros mueren por un fuego en El Mármol

El garaje estaba habilitado como vivienda por el patrón de las víctimas mortales

27 dic 2016 / 12:16 H.

Los vecinos comenzaron a escuchar golpes, como para pedir ayuda. Eran las cuatro y media de la madrugada de ayer, madrugada del 25 al 26 de diciembre, y tres personas estaban a punto de dar su último aliento. Los tres estaban bajo techo en el número 24 de la calle Cárcel, aunque en la fachada aparece rotulado el 20. Eran dos temporeros de Senegal y otro de Malí, muy conocidos en este pequeño núcleo de población, que, a efectos legales, es una entidad local, dependiente de Rus, donde, según el censo, hay 223 almas. El alcalde pedáneo, José Nájera, explica que fueron otros trabajadores de la aceituna, que residen en el inmueble colindante al de la tragedia, los primeros en tratar de ayudarles. “Había mucho humo y tampoco podían abrir la puerta. Ni lo consiguieron los que estaban dentro ni los que lo intentaron desde fuera, relata José Nájera. En medio de los inútiles esfuerzos por liberarlos, alguien decidió marcar el número de teléfono del 112 y, desde la sala del Servicio de Emergencias de la Junta de Andalucía, se dio traslado de lo que ocurría al Parque de Bomberos de Úbeda, la Guardia Civil, la Policía Local de Rus y los equipos sanitarios. Eran aproximadamente las cuatro y media de la madrugada. Cuando llegaron los profesionales al cocherón. Nada pudieron hacer, en el interior había tres cadáveres.

Primero los vecinos que trataron de ayudar a los tres atrapados y luego los bomberos, que solo tardaron lo indispensable en acudir a este aviso, rompieron todas las cristaleras que vieron, con la idea de que saliera el humo del interior. Sin embargo, no fue suficiente. Los cuatro agentes del Parque de Úbeda que participaron en las labores de extinción tuvieron que acceder al inmueble con máscaras y equipos de oxígeno para poder respirar. Solo de esta forma sacaron los cuerpos a la calle. Uno de los que acudió al lugar fue el propietario de la cochera, ya que él mismo les había proporcionado este alojamiento. La relación con dos de estos olivareros venía de largo, tal y como apunta el alcalde pedáneo, mientras que un tercero, que conocía a los otros, se acababa de incorporar en esta campaña de recolección de la aceituna, según pudo averiguar el representante municipal. También apunta que el olivarero está muy afectado por lo sucedido. El caso está en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Jaén que, entre sus miembros en el equipo de la Comandancia, cuenta con un experto en descubrir causas de incendios. Ayer por la tarde, en medio de la incredulidad y la conmoción vecinal, los agentes del Instituto Armado se centraban en tratar de localizar a los familias de las víctimas y, al cierre de esta edición, solo habían podido contactar con el primo de uno de ellos. Los restos mortales, no obstante, fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de la capital jiennense para la autopsia. Los resultados de los análisis forenses serán claves para determinar, con exactitud, que es lo que ocurrió en el garaje.

Aunque todavía no es posible una reconstrucción fehaciente de cómo murieron estas tres personas, los primeros datos obtenidos por los guardias civiles, tal y como apunta un portavoz de la Comandancia, apuntan a que la causa más probable es la asfixia. Todo hace pensar que una estufa eléctrica, encendida para caldear la “vivienda”, originó un incendio. Las llamas debieron de propagarse rápidamente y es plausible, tal y como explicaron a este periódico, que prendieran el aislante, colocado bajo el techo de chapa, lo que incrementó la toxicidad de la combustión. El vecino que tenía contratados a los tres africanos fue llamado a declarar por la Benemérita que, en esta primera toma de contacto, pudo comprobar que los trabajadores estaban dados de alta. No obstante, en el transcurso de la investigación, los guardias civiles del equipo de la Policía Judicial tratarán de determinar si tiene algún otro tipo de responsabilidad en lo ocurrido. Tal y como pudo averiguar este periódico, la cochera estaba acondicionada como vivienda, con dependencias para el aseo, cocinar y dormir. No es algo extraño entre los productores agrícolas contar con este tipo de inmuebles, habilitados tanto para guardar aperos de labranza, como a modo de residencia. Por ello, no es extraño, al menos a priori, que los tres temporeros se alojaran en este inmueble. El secretario provincial de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de UGT Jaén, Antonio Marcos, según Europa Press, dejó clara la necesidad de reivindicar “condiciones mínimas de dignidad” para el alojamiento de temporeros que llegan a la provincia y dejó claro que su organización vigilará que sean adecuados.