“Tiene unas manos muy suaves”

Los jiennenses relatan la experiencia de conocer a Felipe VI en persona

05 abr 2019 / 11:40 H.

Pocas veces una persona se fija en las manos de otra, aunque la cosa cambia cuando se habla del Rey de España. La “suavidad” del saludo de Felipe VI fue lo que dejó perpleja a Magdalena Amor, la primera en llegar al Teatro Infanta Leonor. Ella, junto con algunos familiares y amigos, llegó desde Torredelcampo y Villardompardo a las seis de la mañana, con el cielo todavía notablemente oscuro y soportando unas temperaturas más que frescas, únicamente para poder ver al Rey en persona. Lo cierto es que ellas esperaban una gran afluencia de gente: “Ayer vimos que en Sevilla había personas haciendo colas durante horas para poder ver a Obama y nosotros queríamos estar en primera fila para ver a nuestro Rey, así que la hora a la que tuviéramos que venirnos daba igual”, explicaron. Magdalena Amor y compañía estuvieron en el foco de todas las cámaras desde bien temprano, incluso se arrancaron con los primeros vítores a falta de más de media hora para la llegada prevista de Felipe VI. Finalmente consiguieron “darle la bienvenida a la capital” e incluso lo detuvieron unos instantes para intercambiar unas palabras. Cuando la euforia había pasado, lo primero que le vino a la mente fue decir: “Tiene unas manos muy suaves”, este fue su titular de la mañana.

Por el motivo que sea, esta séptima visita de Su Majestad a la provincia no contó con el clamor popular de otras ocasiones donde cientos de personas acudieron para recibirle. Sin embargo, los compañeros de la prensa que tuvieron que acudir al Nuevo Teatro Infanta Leonor, el mismo que el propio monarca inauguró en el año 2008, para acreditarse, horas antes, al acto de clausura del II Congreso Nacional de Jóvenes Agricultores, se encontraron con la sorpresa de este reducido grupo de personas que ya tenían atadas a la valla de seguridad sus banderas de España y Andalucía.

Otro de los más madrugadores fue el joven jiennense Jesús Aguilar, que, desde las 09:00 horas en las puertas del teatro, no se separó ni un segundo de una foto de los reyes con la esperanza de conseguir la firma del Jefe de Estado. Algo que finalmente no pudo ser, ya que la seguridad le advirtió de que no se podían firmar autógrafos y la cara del adolescente cambió los nervios por un amago de tristeza que volvió a tornarse en una gran sonrisa cuando pudo saludar al monarca.

Uno de los más pequeños fue el protagonista de otra de las anécdotas de la mañana. Marco, de tan solo dos años, no pudo dejar de llorar pese a los intentos del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que se acercó a saludar a los asistentes, que ya habían aumentado visiblemente en número, y se detuvo para fotografiarse con el niño. Otra historia llamativa fue la del perro Eddie, muy tranquilo en primera fila y en brazos de su dueño en todo momento hasta que otro escolta tuvo que pedirle que lo pusiera detrás porque “no sabían como podía reaccionar”. Eddie pareció entenderlo todo e incluso poner cara de pena, puede que también quisiera darle la patita a Felipe VI. Muy pocos consiguieron una foto con el Jefe de Estado, pero este quiso tener el detalle con los chefs jiennenses José Luis Navas y Alberto Fernández, encargados del catering de la copa de vino español con productos de la tierra.