Sin unanimidad para solicitar a la Junta que eche a andar el tranvía

Faena de aliño, que dirían los taurinos, en el número 1 de la Plaza de Santa María, para dejar casi finiquitada la nueva relación entre el tranvía y el Ayuntamiento. Un medio de transporte que, el 18 de abril de 2011, la llamada entonces consejería de Obras Públicas y Vivienda entregó al Ayuntamiento, tras ejecutar un proyecto que se materializó conforme a un protocolo suscrito entre las administraciones local y regional, el 17 de diciembre de 2008. Un tren ligero que entonces era de ámbito local es ya metropolitano, mutación sustentada en un informe elaborado por la Junta. Una vez obrado este cambio, que supone que se hace frente al déficit de gestión de un modo distinto, al asumir Sevilla la mayor parte de la deuda estimada —es decir, un 75%, frente al 25% de Jaén—, todo es más sencillo y el funcionamiento del sistema está muchísimo más cerca. Ayer, se dio el primer paso ya práctico, tras el acuerdo político que se formalizó el pasado 11 de mayo, al aprobar el pleno de la Corporación la propuesta de la Alcaldía para solicitar que el tranvía tenga consideración de metropolitano. Lo siguiente es que la Junta dé el visto bueno en el Consejo de Gobierno y, posteriormente, el medio de transporte saldrá a licitación paso previo a que, finalmente, regrese a las calles. Fue un debate rápido, despachado en una sesión plenaria extraordinaria de apenas una hora, pero no hubo unanimidad. Votaron a favor de dar el paso el PP, el PSOE y los concejales no adscritos Iván Martínez, muy próximo al Gobierno local y vicepresidente de la Sociedad Municipal de la Vivienda, y Víctor Santiago. Se abstuvieron Salud Anguita, la otra edil sin grupo, y Jaén en Común (JeC).

El concejal de Hacienda, Manuel Bonilla, fue el encargado de defender la postura del Gobierno local y razonó: “O echamos cemento encima (a las vías) y creo que la ciudadanía no perdonaría que hiciéramos algo así o evidentemente se busca una solución, como finalmente se ha buscado”. El edil, mano derecha del alcalde Javier Márquez, que, en algún momento se refirió al tren como un “problema” y recordó que no fue una “inversión prioritaria”, dejó claro que su partido, el PP, no cambia de opinión con respecto a la del anterior regidor, José Enrique Fernández de Moya. Este, aparte de prometer que no se subiría al tranvía, en muchas ocasiones, aseguró que las maltrechas arcas municipales no estaban para tranvías y que era preciso que la Junta pagara. Pero, eso sí, con un claro espíritu de pelillos a la mar, Bonilla alabó que, tras siete años, se llegue a un acuerdo sobre que hacer con el “lagarto mecánico” y, en el apartado de agradecimientos, además de al consejero de Fomento, Felipe López, y el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, citó a la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, por la buena disposición que, como asegura, tiene para atender las demandas económicas planteadas por el Ayuntamiento sobre el exceso de pago de los equipos móviles y la dirección de obra del tren.

Salud Anguita, que, antes de su expulsión de Ciudadanos, encabezó la lista de este partido a las municipales, no votó ni a favor ni en contra del acuerdo, sobre el que mostró cierto excepticismo. Precisamente, su anterior fuerza tuvo un importante papel de mediador, al acercar posturas entre la Junta y el Ayuntamiento. Manuel Montejo, de JeC, repartió a derecha e izquierda para criticar a populares y socialistas por no haber hecho nada en los siete años transcurridos para aprovechar el sistema tranviario. Además, expresamente al PSOE, le reclamó explicaciones sobre si es cierto que ya está previsto que la empresa concesionaria del servicio de autobuses, Castillo, participe en la gestión del tranvía. “Que yo sepa, no hay nada decidido”, le respondió el portavoz del partido del puño y la rosa, Manuel Fernández Palomino, que no quiso hacer más caso a esta crítica, que circunscribió en un ataque propio de la época preelectoral, en la que se adentra la política local. “Sí creo que han cambiado el discurso. Y nosotros. Y no es malo”, dedicó al PP, convencido, como también dijeron en esta ocasión los populares, de que, en sus palabras, “la confrontación no aporta políticamente nada”. “Quien crece es el que utiliza el diálogo y llega a acuerdos por el bien de su ciudadanía”, por lo que, sobre el compromiso alcanzado sobre el tren ligero, a su juicio, “hay que estar satisfechos”. Con vía libre a la propuesta del tranvía, también salió adelante, sin debate alguno, un reconocimiento extrajudicial superior a 750.000 euros y la sesión se levantó, sin más demora.