Si el olivar da “olive oil”, lo mejor está aún por venir

La consejera pide al sector oleícola que se abra al mundo con un producto estrella que tiene un enorme futuro

04 feb 2017 / 11:19 H.

Yconcluyó: “Cuando mejor le ha ido a Andalucía, es cuando nos hemos abierto al mundo. Si le unimos la innovación y el talento, estoy convencida de que construiremos un futuro tan bueno como queramos entre todos”. Estas fueron las palabras que utilizó la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Ortiz, para concluir el desayuno-coloquio de Diálogos “Jaén, nuevo milenio” en el que impartió la conferencia: “El aceite de oliva: retos y oportunidades para construir un liderazgo sólido”. Lo hizo ante un auditorio numeroso —con más de 200 representantes del sector— en el Salón de los Cristales de la Institución Ferial. La consejera tuvo un discurso muy marcado por la apertura a nuevos mercados, es decir, que el aceite de oliva se convierta en “olive oil” —denominación en inglés— porque existe un enorme potencial fuera de las fronteras. De hecho, remarcó que el buen ritmo de las exportaciones sostiene un precio interesante para la cadena de valor.

El director de Diario JAÉN, Juan Espejo González, fue el encargado de abrir el acto. Explicó que la iniciativa pretende abrir un foro de diálogo para que convivan las ideas en favor del desarrollo económico y social de la provincia. La senadora autonómica y exconsejera de Agricultura, Elena Víboras, fue la encargada de presentar a Carmen Ortiz. Ambas coincidieron en la Consejería, ya que Carmen Ortiz estaba al frente del Instituto de Formación Agraria y Pesquera de Andalucía cuando Elena Víboras era la consejera. Tuvo palabras emotivas y cariñosas que denotaban amistad. Asimismo, antes de la intervención de la máxima responsable de Agricultura del Gobierno andaluz, el presidente ejecutivo de Dcoop, Antonio Luque, dio unas pinceladas claves de la situación del sector. Precisamente, el desayuno-coloquio contó con el patrocinio de Dcoop y Endesa.

Carmen Ortiz inició su ponencia con el argumento de la importancia que tiene este producto para la provincia y para Andalucía: “En torno al olivar gira la economía y la vida. Son muchos los pueblos y las rentas de miles de familias. Está en el día a día de las conversaciones de muchas mesas, en los bares y en las plazas. Allí se habla de su precio, de la cosecha y de la propia campaña”. La consejera abogó por internacionalización como una oportunidad estratégica para consolidar el liderazgo: “Resulta determinante la buena marcha de las exportaciones que, en la pasada campaña, superaron las 649.000 toneladas de aceite de oliva andaluz, con un valor de 2.237 millones de euros, es decir, un 4,4% más en volumen y un 10,9% más en valor que en la campaña 2014-2015”.

También se refirió a la provincia: “En el caso de Jaén, las exportaciones de aceite de oliva superaron las 70.800 toneladas y los 230 millones, lo que constituye un 4,5% más en volumen y un 16,8% de aumento en valor. Si consideramos los últimos datos que tenemos, que van de enero a noviembre de 2016, el aceite de oliva es el producto estrella de Andalucía, pero aún con mayor valor exportado: 2.300 millones de euros y un incremento del 21%”. Por eso, recalcó la importancia de la tendencia: “En solo once meses, nuestras exportaciones ya superan las de todo el año pasado con 230 millones más”. Por eso, insistió en la importancia de elevar los crecimientos en países estratégicos: “El aceite de oliva andaluz y, por lo tanto, el español, cada vez tiene mayor cuota de mercado y lidera las ventas en la mayoría de países, como, por ejemplo, en Estados Unidos —con un 45% de la cuota de mercado— o China —con un 70%—. Carmen Ortiz no se quedó solo en los logros conseguidos, sino que quiso enfocar su ponencia hacia las oportunidades para construir el liderazgo: “Las perspectivas parecen buenas, ya que aumenta el consumo de aceite de oliva en el ámbito global, impulsado principalmente por sus cualidades saludables cada vez más conocidas y reconocidas y por el aumento de la clase media en países emergentes, que incorporan este tipo de aceites a su cesta de la compra, como ya ocurre en Brasil, China o India, entre otros”. Por eso, indicó: “No debemos olvidar que nuestro oro verde apenas supone el 3% de todos los aceites que se consumen en el mundo, por lo que el margen para crecer es grande. Pero, para ello, es necesario adaptarse a los gustos de cada país, y a los diferentes usos si queremos multiplicar los mercados, que pasan por reforzar nuestra presencia y las ventas en los mercados internacionales”.

La consejera aludió a un estudio de la Unión Europea para hacer una proyección en su ponencia en el foro de Diario JAÉN para que los profesionales interpretaran cuáles son las perspectivas que se dibujan para los próximos años: “A principios de enero, la Comisión Europea publicó un informe con sus previsiones de los mercados agrarios para los próximos 10 años. El crecimiento en el consumo se dará fuera de los principales países productores, que son España, Italia, Grecia y Portugal, y especialmente fuera de la Unión Europea, donde las exportaciones podrían aumentar un 45% en los próximos 10 años, a pesar de que ya han crecido un 60% en los 10 anteriores. No obstante, no estaremos solos en la liza por este jugoso mercado”.

Carmen Ortiz aludió a un estudio de Juan Vilar publicado por GEA Iberia para señalar: “El aceite de oliva se produce ya en 56 países frente a los 47 del estudio anterior publicado en 2015. Existen importantes crecimientos de superficie en Latinoamérica, principalmente Chile y Argentina, y en Australia. A priori podemos ver a esos otros 55 países como competidores, pero también se pueden mirar por el lado bueno. Son países donde se introduce o incluso se profundiza en la cultura del aceite de oliva y aumenta su consumo. Por ejemplo, China tiene unas 300.000 hectáreas con una meteorología que podría ser apropiada para el olivar. Sin embargo, solo con que ese país necesitará una décima parte de lo que consume un habitante español —unos 10 kilos al año—, toda la producción española apenas llegaría para cubrir su demanda 1,35 millones de toneladas”. No obstante, tampoco se olvidó de los retos: “Tenemos que seguir concentrando la oferta, unir esfuerzos en promoción y comercialización, difundir más el conocimiento de los diferentes tipos de aceite de oliva, modernizar las estructuras productivas o atraer talento al sector. E incluso otros de mayor plazo y envergadura, como la adaptación al cambio climático”.