Orgullo de Guardia Civil

Ser guardia civil es algo más que vestir el uniforme. Supone mucho más. Representa una forma de vida, una manera de ser y estar. Un orgullo para los que forman parte de una institución benemérita con más de 170 años de historia y, sobre todo, para aquellas personas a las que sirve con honor, esfuerzo y sacrificio. La sociedad jiennense brindó ayer un aplauso a ese dignísimo buen hacer que, día tras día, muestra el Instituto Armado en la provincia. Fue durante el acto institucional celebrado en honor de la Patrona del Cuerpo, la Virgen del Pilar, y que tuvo lugar por primera vez en la Institución Ferial de Jaén. El teniente coronel, Luis Ortega Carmona; el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, y el general de brigada y comandante militar de Córdoba y Jaén, Antonio Ruiz Olmos, presidieron una solemne celebración que comenzó con el izado de la bandera. Fue una jornada en la que volvieron a quedar de manifiesto la cercanía y los vínculos existentes entre la Guardia Civil y la provincia.

Y es que la labor de los 1.318 agentes que forman parte de la Comandancia ha permitido que Jaén vuelva a ser una de las provincias más seguras de España. Desde luego, no se trata de una afirmación vacía. Vuelve a estar refrendada por las estadísticas. Y es que la Guardia Civil resuelve seis de cada diez delitos que se denuncian en su demarcación, lo que tiene su reflejo en una significativa reducción de la delincuencia en casi tres puntos y medio con respecto al año pasado.

Frente a las autoridades civiles y militares y la sociedad jiennense estaban ellos, los artífices de esos buenos resultados. Oficiales y guardias que recibieron el agradecimiento de toda la ciudadanía a la que sirven con abnegación en forma de condecoraciones. Fueron casi 50 agentes a los que se reconoció su profesionalidad y buen hacer en acto de servicio. Entre ellos estaban el propio jefe de la Comandancia, Luis Ortega, y el capitán de la Policía Judicial, Guillermo Algar, que, desde ayer, lucen en sus guerreras la Cruz de Plata de la Orden del Mérito por dirigir la operación “Triunfal” contra el tráfico de drogas y por la detención de los tres presuntos autores del crimen de Torredelcampo, respectivamente. También recibieron su distinción otros trece agentes por intervenciones meritorias como la “Picar”, contra el maltrato animal; la resolución del falso secuestro de tres niños en La Carolina; la detención del presunto violador de una mujer en Torredonjimeno e, incluso, la investigación de los ERE’s fraudulentos. También hubo un reconocimiento para una patrulla de Villacarrillo que salvó la vida de un anciano que quedó atrapado en su casa tras sufrir un golpe de calor.

Sin embargo, estos méritos son fruto del trabajo diario y cotidiano, una labor que protagonizan los más de 1.300 hombres y mujeres desplegados en los 67 acuartelamientos de la provincia. Ellos atienden más de 156.000 incidencias de seguridad ciudadana, lo que supone una media de 450 intervenciones diarias, en aspectos tan diversos como los delitos contra la propiedad, identificación de personas y vehículos, normativa de aguas, caza, residuos y vertidos, auxilios, malos tratos, actas por consumo de droga, controles antiterroristas, plan para la convivencia escolar o traslados de presos, entre otras funciones. Solo en 2015, los agentes han recorrido en Jaén más de ocho millones de kilómetros, lo que supone el equivalente a dar doscientas vueltas al mundo.

Tras los discursos institucionales, llegó la hora de la emoción. Primero, con el tradicional homenaje a los caídos, a aquellos agentes que “no supieron vivir de otra manera” y que se dejaron la vida en acto de servicio. Con los honores que la ocasión merece, el subdelegado del Gobierno y el jefe militar de Jaén y Córdoba depositaron una corona de laurel en el monolito, mientras, con un nudo en la garganta, los agentes cantaban “La muerte no es el final”. A su lado, ardía una llama en un pebetero donado para la ocasión por la familia Rueda-López, unos artesanos de la forja de Arjonilla. Después, el acto se cerró con el himno de la Guardia Civil y el tradicional desfile del Cuerpo, en el que participaron miembros de todas las unidades, con hombres a pie, motoristas, vehículos e, incluso, una lancha del Seprona. Una vistosa demostración de medios materiales y humanos que hizo las delicias de todos los asistentes a un acto que puso un brillante broche de oro al amplio programa de celebraciones por la Virgen del Pilar.