Opción de compra firme sobre el convento de Santa Úrsula

La inmobiliaria que gestiona la operación ya tiene reservado el inmueble

18 may 2018 / 08:28 H.

Si todo sale según lo previsto, el Convento de Santa Úrsula, cerrado desde hace una década, tras la salida de la última monja en 2008, será vendido en apenas doce meses. Sobre el inmueble, en el barrio de La Magdalena, hay una opción de compra en firme que, eso sí, todavía no está formalizada, como explica Antonio Colmenero Ruiz, gerente de Livin. Se trata del gerente de la esta inmobiliaria que está avalada y reconocida para la venta por la abogada de Madrid, María Concepción Rayón Ballesteros, que tiene la exclusiva de la operación. El responsable de Livin, eso sí, confirma que todavía no pueden avanzarse más detalles sobre este importante acuerdo sobre el que, por el momento, pesa una cláusula de confidencialidad, firmada ante notario. Eso sí, en la web de esta empresa jiennense ya aparece que el inmueble está reservado, para disuadir a posibles interesados en su adquisición.

El monasterio de Santa Úrsula se abrió a mediados del siglo XVI y, en su última etapa, estuvo habitado por monjas contemplativas de la orden de San Agustín. Fundado por el obispo Diego Tavera, conserva su artesanado mudéjar y tres patios de recogimiento, junto con las estancias de clausura, lavandería, tintorería, tal y como se informa en la web de Livin. Cuenta con una superficie de solar de 1.543 metros cuadrados y una superficie construida de 2.250 metros cuadrados. Santa Úrsula se levanta en un calle que lleva su nombre, junto al Teatro Infanta Leonor. En el interior destacaba una imagen de Santa Rita, obra de Jacinto Higueras, que, actualmente, se venera en la parroquia de la Magdalena. En él se elaboraban “las yemas de Santa Úrsula”, un dulce que se había logrado convertir en típico de la repostería jiennense. El precio de venta fijado es de 750.000 euros, aunque sin renunciar a la negociación. No es el primer bien de la Iglesia que se queda abandonado, por la falta de religiosos que le den vida y, en cada caso, se buscan distintas soluciones para evitar que el inmueble quede vacío definitivamente. En el lado contrario, las Madres Dominicas de Jaén asumieron, el pasado año, a las religiosas de esta orden de un municipio de Sevilla, al quedar el convento allí vacío, ya que la falta de hermanas hacía inviable el uso del inmueble. Esto conllevó el traslado de patrimonio de la orden hacia la provincia jiennense.