Mal día para Autobuses Castillo

Había dos mociones dedicadas al servicio de transporte urbano, pero casi pareció que toda la sesión plenaria estaba dedicada a Autobuses Castillo, la adjudicataria. El pleno al completo, de hecho, se puso de acuerdo para poner en marcha un expediente sancionador a la compañía a la que, desde los 60 del siglo pasado y hasta 2036, la Administración local tiene encomendado transportar a los ciudadanos de un barrio a otro de la capital. Fue a raíz de la moción defendida por la concejal socialista, Matilde Cruz, que, en aras de un transporte de calidad, reclamó el aumento de la flota de vehículos o la mejor conexión de todos los barrios. Al votarse por puntos, no salió adelante en su totalidad, pero sí logró el respaldo la enmienda al texto, introducida por Jaén en Común (JeC) y vista con buenos ojos por los socialistas, que insta al Gobierno local a depurar responsabilidades tras descubrirse, a raíz de un informe de Tráfico solicitado por esta fuerza, que, desde el 1 de enero, Autobuses Castillo incumple la legalidad al mantener instalados sus polémicos tornos para controlar el acceso de viajeros. El propio PP votó a favor, para sorpresa de JeC y el PSOE. Y es que, como explicó el concejal de Tráfico, Juan Carlos Ruiz, su área ya requirió información a la adjudicataria para conocer si se le había notificado que no podía emplear los tornos y, a sabiendas, los mantenía. De demostrarse este extremo, la sanción está asegurada.

Pero hubo más para Castillo. La secretaria de Servicios y Movilidad de UGT, Elvira Ramírez, tomó la palabra para explicar los motivos de una moción que hizo llegar a la Corporación el sindicato, de mano de JeC y el PSOE. La sindicalista aireó los problemas a los que se enfrentan los 76 miembros de la plantilla de la empresa de trasnportes, como que cobran un 55% menos que los que ejercen su profesión en las otras siete capitales andaluzas y que, a pesar de esta situación precaria, y sin ser los responsables de un servicio deficiente, para colmo, reciben frecuentes críticas de los pasajeros. Posteriormente, durante el debate político, salieron a relucir otras cuestiones como que los conductores acumulan jornadas de hasta 14 horas, al verse obligados a doblar turno o que tienen que comprarse su uniforme, tal y como aseguró Manuel Montejo de JeC, muy beligerante en cuanto a la necesidad de que el Gobierno local fiscalice a esta sociedad. Ante esta insistencia y, para salir al paso de las críticas sobre la gestión municipal de la crisis de los tornos, el concejal Juan Carlos Ruiz aseguró: “Nuestro objetivo es defender la calidad en el transporte público de calidad y garantizar el respeto a los trabajadores. Me parece desproporcionada la campaña contra la empresa, que tiene a 70 padres y madres de familia en su plantilla”. El edil defendió que, a pesar de que los tornos sirven de arma arrojadiza, apenas se registran quejas de usuarios por este controvertido sistema.

Pero, aunque lo intentó, el representante del equipo de Gobierno no convenció a la oposición porque Matilde Cruz dejó claro al referirse a Autobuses Castillo que es una “situación (la de las numerosas deficiencias) que se arrastra” gobierno local tras gobierno local. “Lo padecen todos los ciudadanos y es el momento de abordarlo, porque se trata de un servicio desfasado”, lamentó la socialista a la que, el concejal no adscrito, Iván Martínez, llamó cariñosamente, como advirtió, “el azote de Castillo”.

“No podemos dejar de recordar que el Ayuntamiento, en su calidad de titular del servicio y como responsable de la labor de control y fiscalización, debe atender a que este se preste en las mejores condiciones posibles”, recuerda la moción conjunta de JeC, PSOE y UGT que los tres partidos del arco municipal y los concejales no adscritos votaron favorablemente. El documento aprobado incluye realizar un estudio sobre las condiciones de la plantilla y que un responsable de Autobuses Castillo se retracte, públicamente, de las acusaciones vertidas cuando, en una comisión municipal, justificó el uso de los tornos porque algunos de los empleados se quedan con parte de la recaudación diaria.