Los olivares florecerán antes por los efectos del cambio climático

Un nuevo método predice la evolución del cultivo ante nuevas condiciones

30 ago 2018 / 12:06 H.

Los olivares florecerán antes. Además, lo harán de una manera mucho más escalonada e irregular. También puede que las cosechas se vuelvan más irregulares, pese a las inversiones en regadíos. Son dos de las conclusiones de un nuevo método que analiza y predice los efectos del cambio climático en el cultivo estrella de Andalucía.

Equipos del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) de Córdoba y del Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM-Ceigram) han desarrollado una metodología que permite predecir el comportamiento del olivar andaluz, en diferentes escenarios futuros que puedan surgir como consecuencia del cambio climático.

Entre los componentes considerados en el modelo se encuentran el efecto del estrés hídrico sobre el cultivo y el impacto de acontecimientos extremos sobre la producción de aceite, informa la Fundación Descubre. El modelo, denominado “AdaptaOlive”, reproduce paso por paso todos los procesos que, desde un punto de vista fisiológico, tienen lugar en el árbol y que son afectados por el manejo realizado al mismo, así como las condiciones meteorológicas. Así, el modelo determina por medio de ecuaciones relativamente simples la transpiración que realiza, la eficiencia en el uso del agua y cómo ésta se ve afectada por el estrés hídrico o el incremento de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera.

El investigador del Ifapa, Ignacio Lorite, explica que las ecuaciones empleadas en el modelo han sido adaptadas a las condiciones del olivar andaluz para que las recomendaciones proporcionadas, basadas en los resultados del modelo, sean lo más precisas posibles.

Cuando se analiza la influencia del cambio climático sobre la agricultura, los grupos de investigación del Ifapa y del Ceigram evalúan tres grandes impactos: disminución de las precipitaciones, incremento de las temperaturas y aumento de concentraciones de CO2 en la atmósfera. Este último no se considera una repercusión directa, sino un precursor de estas alteraciones. Las dos primeras generarán consecuencias adversas sobre la producción, mientras que la tercera será positiva para el cultivo puesto que requerirá menor consumo hídrico para desarrollar el intercambio gaseoso, al mejorar la eficiencia en el uso del agua. El estrés hídrico, asociado a la disminución de precipitaciones, generará problemas de pérdida de producción y rendimiento debido a una menor transpiración del árbol. La subida de temperaturas propiciará floraciones en fechas más tempranas, y en zonas con inviernos cálidos podría generar problemas de floración escalonada, aspecto muy negativo para la producción final. Por lo que respecta al incremento de CO2, se alcanzará una mayor eficiencia en el uso del agua, permitiendo mayores cosechas con un menor consumo. Todos estos factores se integran en el modelo “AdaptaOlive” para determinar el impacto del cambio climático sobre el cultivo.