Los campos de cereal ilusionan con una gran cosecha en Jaén

Los campos jiennenses están más espigados que nunca, ya que las parcelas de cereal tienen cosechas históricas. Los secanos —acostumbrados a ser el “patito feo”— cuentan con un aspecto espectacular gracias a las lluvias de marzo, abril y al chorreón de agua del cielo que cayó durante mayo. Y no es “El Cuento de la Lechera”. Muchos de los cereales ya están en el remolque, donde se ha constatado que hay más cosecha que nunca. Sin embargo, el campo, una vez más, da de cal y de arena. Esta vez, que existe una buena producción, los precios no están como se esperaban. El trigo duro muestra una tendencia descendente, lo que hará que llegue menos dinero del que podría haber venido si se hubieran mantenido los precios que se registraron en los últimos años.

Pepe Carrillo vive del cereal. Lo cultiva es sus tierras y, además, cuenta con maquinaria de última tecnología, lo que le permite cosechar en muchas parcelas de la provincia, que son cultivadas por otros agricultores. “Para lo que es Jaén, este año tenemos una cosecha demasiado buena. Si le queremos poner alguna pega, podemos decir que el trigo ha salido con un poco de menos calidad del que esperábamos. Se mojó en mayo, lo que le hizo perder propiedades. Además, el agua que recibió hizo que algunos abonos se perdieran. Tenemos una calidad media, pero sí bastante cantidad”, narra. Sin embargo, pronto focaliza cuál es el gran problema: “Lo malo es que casi se regala. Yo tengo 49 años. Con 11, ya trabajaba el cereal con mi padre y recuerdo que nos lo pagaban a 22 o 23 pesetas. También había años de hasta 27. Ahora, vale 32 pesetas (19 céntimos) y de ahí hay que quitar el porte. Han pasado casi 40 años y el cereal vale lo mismo”.

Quizá hay jiennenses que desconocen que en un plato de macarrones y espaguetis que compran en el supermercado está el trabajo de cientos de agricultores de Jaén. Buena parte del trigo duro que se recolecta en esta provincia parte en camiones hacia El Carpio (Córdoba) y se procesan en la planta de Pastas Gallo. En cambio, la cebaza y el triticale recolectado aquí, generalmente, se suelen procesar para piensos de animales.

La floración del olivar sorprendió por la demora, ya que los picos de polen se registraron en la última semana de mayo, cuando lo habitual era que se dieran entre la primera y la segunda. En cambio, no es una circunstancia exclusiva de los olivos. También ha ocurrido con los cereales. “El año pasado comenzó a segar el 24 de mayo. En cambio, durante este he tenido que esperar hasta la Virgen de la Capilla —11 de junio— debido a que la cosecha tenía una demora considerable”, aclara Pepe Carrillo.

El secretario general de COAG en Jaén, Juan Luis Ávila, indica: “Estamos en plena siega, pero vemos cosechas récord en secanos y en algunos regadíos. Se están cosechando unos 4.000 kilos por hectárea en algunos secanos, mientras que hay parcelas de regadío que tiene hasta 7.000 kilos en cada hectárea. La campaña es excepcional en producción, pero, pese a que no existen excedentes en el mundo, cuando viene una cosecha buena en España, vemos que el precio cae. Esto ha vuelto a pasar ahora”.

Precisamente, el trigo duro es el producto que ha experimentado una mayor rentabilidad durante los últimos años, aunque la cebada también ha sido una apuesta interesante para muchos jiennenses porque necesita menos cuidados o, lo que es lo mismo, inversiones. La mayoría de las parcelas de cereales son tierras entre olivares que no cuentan con riego y plantar olivos sería una inversión muy importante que no conllevaría rentabilidad hasta que pasaran muchos años.

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