Los aceituneros se echan al olivar en busca de aceite

Ya se recoge aceituna a gran velocidad en el campo de Jaén. Y no se trata de unos cuantos que salen en busca de algunos kilos para elaborar unas partidas para unas almazaras que quieren competir en los tradicionales premios oleícolas. Hay fábricas que están abiertas y recepcionan fruto y cuadrillas de hasta 33 personas —con tractores vibradores, quads y camiones de gran tonelaje— que han comenzado con la recolección y ya no pararán hasta febrero. A una de ellas se le puede ver trabajar en la finca San Luis, que está partida por la carretera que conecta Jabalquinto con la Autovía de Sierra Nevada (A-44). De hecho, a los aceituneros se les ve cuando se pasa con el coche, lo que sorprende a los propios conductores. Tomás Ramírez Cueva, propietario de la empresa Agro-Gest —encargada de la recolección de aceituna y del mantenimiento de fincas—, está al frente de este tajo, que cuenta con 33 trabajadores y sorprende por su enorme mecanización. “Trabajamos para Melgarejo, que busca aceites de alto nivel, por lo que tenemos que ser muy cuidadosos en la recolección. Se trata de un cliente que resulta muy exigente”, afirma Tomás Ramírez Cueva.

Se cuida la temperatura a la que se recoge, se evita que al fruto le dé demasiado el sol y se echa la aceituna al camión con una velocidad enorme, que parte en dirección a la almazara. “Somos muy cuidadosos en todo el proceso. Las máquinas tienen que estar muy bien ajustadas con los tacos blancos y los filtros nuevos para no hacerle daño a los árboles”, manifiesta.

Toda la aceituna que cae en los lienzos está verde y se denota una enorme salud. No está arrugada, aunque está finca tiene regadío. Sin embargo, los olivareros saben que la lluvia de la pasada semana ha hecho mucho bien. Además, el fruto muestra un calibre medio. “Por el momento, no está muy dura. Se mueve y cae bastante bien. No obstante, si vuelve a llover será muy bueno para el campo, pero tenemos que el fruto se agarre más al árbol”, comenta el encargado de la cuadrilla.

Asimismo, la entrada en el campo de las primeras cuadrillas para recoger la aceituna da la primera muestra cierta de la cosecha que está por venir. “Cuando recoges los olivos, no hay tanto fruto como en otras campañas, pero sí que cuenta con un peso bueno. Esperamos que la campaña resulte positiva”, manifiesta Tomás Ramírez Cueva. Los aceituneros que tienen la suerte de entrar en una de estas cuadrillas saben que tendrán un buen año. La mayoría da por hecho que dispondrá de entre 100 y 120 jornales, lo que supondrá unos ingresos considerables o, lo que es lo mismo, tener trabajo desde mediados de octubre hasta casi finales de febrero. De hecho, mientras que habrá aceituneros que tendrán problemas para conseguir las 35 peonadas que se exigen para el subsidio, otros triplicarán los jornales mínimos.

Por otro lado, los jornaleros siempre se han protegido y se han quejado del frío. En cambio, ayer decían que el calor hacía dura la jornada laboral, ya que los otoños son ahora más calurosos y, también, se comienza a recoger mucho antes la aceituna. De todos modos, recoger antes no está al alcance de cualquiera. La mayoría de las fábricas todavía permanecen cerradas, pese a que existen cuadrillas grandes en el campo. Estas trabajan por encargo de fábricas que buscan la alta gama. Sin embargo, el ímpetu por recoger antes y buscar más aceites de calidad extra harán que la recolección se generalice mucho antes. De hecho, se espera que para mediados de noviembre casi todas las almazaras ya estén en marcha.