La tasa de natalidad en la provincia cae a la mitad en cuatro décadas

Jaén está a la cola en el número de nacimientos en el conjunto de Andalucía

    02 ene 2016 / 10:30 H.

    Blanca, Julia y Elena. Estos son los nombres del trío de niñas que vino al mundo en la provincia el primer día de este recién estrenado 2016. Que las tres hayan sido niñas abre de por sí la puerta a conjeturas demográficas, pero el número (que solo sean tres) es la preocupante constatación de esa caída en picado que registra la natalidad en España y que, en esta provincia, se agudiza, acumulando décadas de progresivo descenso en un gráfico tan paradigmático como alarmante. Desde el estallido de la crisis, en el año 2009, el número de nacimientos ha experimentado una bajada del 20%, desde los 6.608 que se contabilizaron entonces hasta los 5.587 de 2014, el último año del que ofrece datos el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero todavía es más llamativa la evolución de este fenómeno demográfico desde 1975, el primero de la serie.

    Aunque con leves repuntes, apenas destacables en comparación con los del resto de las provincias andaluzas, la imagen que dibujan los nacimientos registrados desde entonces en la provincia se asemeja a un tobogán, con una pronunciada rampa en la que se tocó fondo en 2013, con 5.523. En las últimas cuatro décadas, la tasa de natalidad ha caído en Jaén un 48% en una tendencia constante a la baja que refleja los cambios socioculturales que ha vivido el conjunto del país; cada crisis —nacional o internacional— que lo ha zarandeado, pero también el atraso económico que ha padecido la provincia en particular y que la gran recesión ha dejado a flote de nuevo, tras el espejismo de ese crecimiento económico ligado a la burbuja inmobiliaria y que supuso un remonte en la natalidad entre los 2001 y 2008. Hace catorce años, tras tocar fondo, la provincia registró una ligera tendencia al alza en el número de nacimientos hasta 2005, año en el que se rompió de nuevo para volver a repuntar, caer y aumentar levemente de nuevo hace siete. Desde entonces, la tasa de natalidad no deja de caer aunque con un suave remonte entre 2013 y 2014.

    Como Jaén, tampoco han sido inmunes a esos cambios el resto de las provincias andaluzas. Pero ni siquiera Huelva, que, según los datos del INE, se encuentra a la cola de la comunidad autónoma en lo que al número de nacimientos se refiere, con 5.180 registrados en 2014, tiene esa rampa de la natalidad que ofrecen las cifras de Jaén.

    La caída en vertical del número de alumbramientos en la provincia se suma a un cúmulo de factores, como la fuerte dependencia del monocultivo del olivar o la desaparición de la industria, que, agravados por la crisis económica y la emigración que ha llevado aparejada, que ha obligado a salir del país a cientos de jóvenes y regresar a los suyos de origen a muchos de los inmigrantes que recibió en la década pasada, ha dibujado un crudo panorama del que quedó una simple muestra en las pasadas elecciones generales. La pérdida de población ha restado a la provincia uno de los seis escaños en el Congreso de los Diputados que tenía hasta ahora. Pero, año tras año, esa realidad es objeto de análisis y también de crítica velada, con propuestas correctivas añadidas, en cada memoria que emite el Consejo Económico y Social. En esta ocasión, en el balance que presentaron el pasado mes de diciembre, los expertos que integran este órgano consultivo abogaron por que “todas las administraciones públicas” impulsen políticas activas de empleo y por que estas “per mita n vivir dignamente a quienes no tienen trabajo, sobre todo, en ámbitos locales, donde se corre el riesgo de abandono poblacional y, en el medio-largo plazo, que genere empleo sostenible, altamente cualificado acorde con el patrón de crecimiento provincial que se acuerde más conveniente para el progreso socioeconómico de la provincia de Jaén”.

    La importancia del crecimiento económico y de la mejora de las condiciones del mercado de trabajo, así como de las prestaciones sociales es un factor vital para alterar la tendencia demográfica en la provincia. Como también reflejaba la memoria del CES de la provincia, Jaén ha concentrado casi el 60% de la pérdida poblacional que ha registrado Andalucía y esa mayor reducción de población —advertía— se debe a la incidencia de varios fenómenos, algunos de ellos compartidos en el resto del país, aunque especialmente agudizados en Jaén. Por un lado, el retorno de muchos inmigrantes a sus países de origen como consecuencia de la crisis económica y de las elevadas tasas de desempleo existente en la provincia. A esto hay que sumar también que “casi en igual proporción” salen de Jaén personas de nacionalidad española buscando oportunidades laborales y ese descenso del 20% en el número de nacimientos que se ha registrado desde el inicio de la crisis económica. Un hecho que el Consejo Económico y Social de la provincia explica en el “impacto en las familias jiennenses” de la Gran Recesión y, evidentemente, en las elevadas tasas de paro registrado.

    En la mayoría de los municipios (79 de los 97 que hay en la provincia) fallecen más personas de las que nacen por el envejecimiento demográfico y los efectos que, entre otros factores, ha tenido la crisis económica en una tasa de natalidad que si es preocupante para el conjunto del país y de la Unión Europea, en Jaén dibuja un panorama todavía más alarmante.

    Beas de Segura. La ansiedad de la primera bebé del año 2016 por ver el mundo
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    Estaban esperando a que la luz del semáforo que regula el tráfico a la altura de Villacarrillo cambiara de rojo a verde cuando Antonio Sánchez y María José Falla escucharon las campanadas que dieron paso a 2016 en la radio del coche. Desde Beas de Segura, iban rumbo al Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda. El 31 de diciembre, tocaba cena en la casa de los padres de Antonio. Pero apenas habían probado las gambas —solo él, porque María José ni siquiera pudo hacerlo y las uvas ya iban a ser algo impensable— cuando tuvieron que coger el coche en dirección al hospital. Los nervios estaban a flor de piel. A las 42 semanas justas de gestación, el bebé venía de camino y no iba a hacerse el remolón. Ingresaron en el “San Juan de la Cruz” a las doce y media de la madrugada —precisó Antonio— y, hora y media después, nacía Blanca, la primera niña en venir al mundo en la provincia en este nuevo año. “Fue rapidísimo”, indicó el padre, que se enorgulleció de que su hija sea la primera bebé de 2016 en Jaén, y destacó: “Ha sido una entrada de año fenomenal”. No es la primera hija de la pareja y tampoco era la primera vez que Antonio asistía al parto, pero no por repetida deja de ser una “experiencia muy grande”, señaló a este periódico. Indicó que, en el primero, lloró “de alegría”. En este segundo reconoció que no le había dado tiempo de “lo rápido” que fue el parto. No se comieron “ni las gambas, ni las uvas”, pero tanto Antonio como María José se mostraron convencidos de que habrá tiempo de cumplir con la tradición.

    Andújar. La segunda hija del reconocido baloncestista Teo Aguirre es también la segunda bebé del año en la provincia jiennense
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    El segundo bebé del año en la provincia es Julia Aguirre Ramos, que vino al mundo en el Hospital de la Agencia Sanitaria Alto Guadalquivir de Andújar después de un parto natural. El alumbramiento se produjo a las 2:45 horas y la niña pesó 3,96 kilos. La bebé midió algo más de 50 centímetros, aunque es algo comprensible si se atiende a la altura de los progenitores. Su padre es el reconocido jugador del Club de Baloncesto Andújar, Teo Aguirre, así que con sus 2,05 metros ya queda todo dicho.

    La pareja llegó al hospital iliturgitano alrededor de la media noche y no pudo tomarse las uvas, como manda la tradición. Sin embargo, tanto Teo Aguirre como la madre, María del Carmen Ramos, aseguraron a este periódico que fue una noche muy corta, con un parto muy natural y rápido, en comparación con la eternidad que pareció hacérseles los días anteriores debido a las contracciones. Esta es la segunda experiencia como padres de Teo y María del Carmen, ya que su primera hija nació hace tres años. No obstante, indicaron que es difícil de describir la alegría que han vuelto a sentir y destacaron que les daba igual la hora a la que se produjese el parto, porque la felicidad de ver a Julia llegar al mundo es lo principal, coincidieron. Asimismo, los padres se mostraron muy satisfechos y agradecidos con la atención recibida por parte de los profesionales del Hospital Alto Guadalquivir. Informa Gaspar Parras.

    Torredonjimeno. La pequeña Elena llega a las ocho de la mañana para duplicar la felicidad de unos padres ya experimentados
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    Dice el tosiriano Juan de Dios Romero que tanto él como su mujer, María del Rocío Cañada, “sabían” que el jueves se comerían las uvas en el hospital. Embarazada de su segunda hija, ella salía de cuentas el 3 de enero. “Desde hace una semana” lo tenían todo preparado para cuando llegara el día señalado y ese día resultó ser el último del año. “[A María del Rocío] la ingresaron sobre las siete de la tarde. Tenía ya la dilatación y nos metieron rápidamente en planta”, relató a este periódico Juan de Dios. A las once de la noche, la bajaron a la sala de partos, “a monitores”. Pero aún tendrían que esperar algunas horas hasta el momento del parto. En concreto, cinco. Entonces, comenzaron las contracciones y, a las ocho de la mañana, después de un parto natural, porque la epidural “no hizo efecto”, pero sí más rápido que el primero, en el que María del Rocío pasó “tres días con dolores”, vino al mundo, en el Complejo Hospitalario, Elena Romero Cañada. Una niña de 3,2 kilos y 50 centímetros que duplicará la felicidad que ya tenía esta pareja tosiriana con la pequeña Carolina, de 4 años.

    Precisamente, a su mano inocente se debe el nombre de Elena. Según indicó María del Rocío, entre los papeles en los que habían apuntado los nombres que les gustaban, la pequeña sacó este. Las contracciones les impidieron comerse las uvas, pero quedan para otro día rodeados de la familia.