La Santa Cena reestrena devoción

El riesgo de precipitación atrasa la salida de la procesión desde la parroquia más de una hora

26 mar 2018 / 09:02 H.

Vamos a salir a la calle”. Las palabras del hermano mayor de La Santa Cena, José Paulano, provocaron un estallido de aplausos y lágrimas de emoción contenida. “¡Qué valor!”, decía una nazarena con las gafas empañadas por las lágrimas, mientras se abrazaba a un compañero. Y el valor fue, desde luego, una cualidad importante en un Domingo de Ramos donde el cielo advertía de posibles lluvias, una amenaza que cumplió en la primera procesión de la mañana, con La Borriquilla, pero que se moderó a la tarde. De todas formas, desde la hermandad tomaron la decisión de atrasar la salida de los pasos una hora, y durante sesenta minutos la parroquia de San Juan Pablo II fue un ir y venir de cofrades, con niños que preguntaban cuándo iban a empezar y adultos que no sabían qué responder.

Entre ellos estaba José Antonio Abellán, de cinco años. “Fue el primero en apuntarse a la cofradía, gracias a su tía, nada más llegar al Bulevar”, comentó, orgulloso, su padre, Carlos Abellán. Su familia lleva siete años en esa zona de la capital y le alegró saber que la hermandad saldría, este año, desde su barrio. Los nervios también estaban muy presentes y el pequeño apenas levantaba la mirada. “Se ha despertado esta mañana llorando y no ha desayunado, algo rarísimo en él”, dijo su padre, y otro añadió, a su lado: “También es la primera vez del mío, y el pobre ha vomitado”. “Es normal”, insistieron y sonrieron a sus hijos, que en ese momento desconocían si cruzarían las puertas del templo para proseguir a los pies de las imágenes de su cofradía.

García, otra de las familias muy “atadas” a La Santa Cena, recordaba en voz baja cómo, en 2013, el cielo se abrió sobre la procesión en mitad de su recorrido. “Pasamos mucho miedo, porque sabíamos que si un costalero se resbalaba, todos caían con él, era muy peligroso”, aseguró María Ángeles Romero, una de los veinte miembros de la familia que tomó parte el recorrido de la hermandad este Domingo de Ramos. Desde Jesús Gutiérrez, que a sus siete años es el más joven, hasta Rita García, la mayor con setenta y tres años, que solamente no pudo salir en la procesión un año a causa de un cáncer de pecho y ahora luce su traje de mantilla. “Saldremos a la calle, y llueva o no, nosotros nos mojaremos con la Virgen”, aseguró.

Y salieron, con una hora y media de retraso, Jesús Salvador en su Santa Cena y María santísima de la Caridad y Consolación, con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Evangelista de la Hermandad hispalense de Triana (Sevilla) y la Banda de Música de Santa María del Alcor (El Viso del Alcor). La cofradía estrenó el punto de salida de su procesión, en un ambiente que la acogió con fervor, convertido ya en parte de la tradición del barrio del Bulevar.