La mejor época... una ruina

Los viveros, abocados a tirar sus plantas y en algunos casos sufrirán pérdidas de hasta 300.000 euros

02 abr 2020 / 12:46 H.

Un año prácticamente perdido. Esta es la sensación que se respira en la mayoría los viveros de la provincia a tenor de esta crisis sanitaria. La primavera es el periodo más esperado por el sector, dado que es su campaña más fuerte, donde mayores ventas se producen. Pero la cancelación de eventos como la Semana Santa, romerías o el aplazamiento, en algunos casos, de bodas y comuniones han dejado el sector con “ingresos cero” tras sus inversiones previas y el cultivo de la flor desde el mes de diciembre, aproximadamente.

UNA RUINA. Así califica Luis Moreno, de Viveros Luis Moreno, esta temporada. “Nuestro periodo fuerte empieza en marzo y termina a finales de mayo y este año todo el género es para tirarlo”, asegura. Sus instalaciones pueden albergar alrededor de 15.000 y 20.000 plantas dado que los pedidos que recibe son voluminosos. “Nos preparamos con meses de antelación, la producción estaba hecha y la flor no se puede detener, una vez que se pase la temporada, no sirve”, señala un Luis Moreno, quien cuantifica sus pérdidas entre 200.000 y 300.000 euros: “Ya con todo cancelado, lo que queda es el Día de la Madre, pero aunque en mayo se decrete el fin de la alerta, la gente saldrá con miedo”.

Una de las pocas ventajas que ofrece el confinamiento es que muchas personas quieren arreglar sus macetas o jardines, un método más de entretenimiento: “Estamos cerrados, pero el vivero no se puede parar (...), algunos pedidos se llevan a casa porque la gente quiere tener sus patios cuidados; son pocos, pero la actividad al menos no se paraliza por completo”.

El pesimismo reina también en los viveros La Palmera de Linares, donde las ventas han caído hasta un 70%, y las flores de maceta el 100%. “Es un palo total; en esta campaña la estrella es la gitanilla, pero la gente no puede salir a comprar y la flor se pasa, así que para tirarla”, asegura Alberto Fernández.

TEMPORADA DE OTOÑO. En los viveros Virgen de la Cabeza de Los Villares ponen su esperanza en la temporada de otoño, donde sobresale el cultivo de los flor de Pascua, típica de la Navidad. “Este año ya está perdido porque de aquí a diciembre, lo que te puede mantener es, como mucho, la flor de Pascua que empezamos a prepararla ya en julio”, asegura Antonio Cabello.

En esta plantación, como en muchas otras, flores como los geranios, petunias, claves o alegrías de la casa ya estaban listas para su venta. Las cancelaciones de la Semana Santa y, en especial, la romería de la Virgen de la Cabeza supuso el golpe definitivo. “Puedo tener entre 40.000 o 50.000 plantas y las pérdidas pueden suponer unos 100.000 euros, quizás me quede corto”, reconoce. En definitiva, el covid-19 llegó en la época más boyante del sector.