La más buscada

27 may 2019 / 11:18 H.

Son las elecciones municipales una excelente oportunidad para permitir que entre aire fresco en los ayuntamientos, acabar con prácticas viciadas por la inercia de la vorágine cotidiana y, aunque siempre está el riesgo de bloquear proyectos inacabados, ver caras nuevas en los sillones de siempre es otro ejemplo de lo que significa la democracia. Sucede cada cuatro años, con excepciones contadas con los dedos de una mano que hacen que cambien las alcaldías en mitad de una legislatura gracias a las herramientas que obedecen a la legislación vigente, ya sea mediante pactos de gobernabilidad o a través de las temidas mociones de censura. El caso es que la radiografía con la que amanece hoy el mapa provincial puede cambiar de color en lo que queda de mandato. Una cosa es ser el partido más votado y otra muy distinta gobernar. El ejemplo más claro está en la capital. La deseada mayoría absoluta resulta una utopía cuando la fragmentación impera. No hay más remedio que empezar a lanzar flechas del amor, a diestras y siniestras, para que surja un matrimonio de conveniencia.

No hay un alcalde claro en la ciudad del Santo Reino. El socialista Julio Millán necesita el respaldo de tres concejales para conseguir el bastón de mando. Lo más fácil es que mañana mismo empiece el flirteo político con María Cantos. La candidata de Ciudadanos, con cuatro de los veintisiete escaños que hay en el Ayuntamiento de Jaén, tiene la sartén por el mango. Ella tendrá que tomar una decisión que no es nada fácil, porque hay que tener presente que las cuentas no salen con el Partido Popular. La operación matemática más sencilla es la de 11+4. El problema es que la ciencia más exacta de todas las que existen falla cuando está la política por medio. La otra consiste en recurrir al tripartito de 8+4+2. Complicado resulta resolver esta operación. ¿Qué puede ocurrir? La clave está, en primer lugar, en conocer si tendrá libertad plena y absoluta para elegir el “novio” que más le conviene. El líder andaluz de la fuerza naranja, Juan Marín, avisó a navegantes, en los prolegómenos electorales, para que las sorpresas se reduzcan a la mínima expresión. Habrá una comisión encargada de los pactos en todos los ayuntamientos, y aquí paz y después gloria. Sin embargo, ya se sabe, hasta el rabo, todo es toro. Ni qué decir tiene que la fiesta no ha hecho más que empezar y, a tenor de los comentarios, las circunstancias y la experiencia vivida, habrá que ver quién tomará una decisión que a más de uno dejará sin uñas. Pueden pasar tantas cosas... Hay quienes tienen claro que Javier Márquez, después de la debacle, hará mutis por el foro con la perfecta excusa de su trabajo en el Senado y dejará el peso del poder en el fichaje estrella de su candidatura, el abogado Javier Carazo. Difícil dar una respuesta cuando hay que poner a tres fuerzas políticas de acuerdo: Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Eso sí, existe el precedente de la Junta de Andalucía, por lo que nada está ni ganado ni perdido. El “quid de la cuestión” está en que los partidos políticos que tienen la llave de la gobernabilidad acostumbran a ver la globalidad del asunto, de tal forma que miran con lupa qué pasó en Andalucía, esperan a comprobar qué ocurrirá en Madrid y, después, fijan su mirada en Jaén. Cierto es que Ciudadanos estudiará pormenorizadamente el caso de la capital, pero también tendrá en cuenta su posicionamiento en otras instituciones públicas antes de dar un paso. María Cantos no podrá tomar la decisión en solitario. Si fuera por ella... En su entorno saben y están convencidos de que todo sería harina de otro costal.