La inversión para la techumbre de la Catedral viene “para quedarse”

Cuando el deán de la Catedral, Francisco Juan Rojas, llamó al arquitecto-conservador del templo para comunicarle que las inversiones para proseguir con la más que necesaria rehabilitación de la techumbre del edificio estarían incluidas, de nuevo, en el Plan Nacional de Catedrales, Pedro Salmerón no creía que fuera a ser cierto. “Me llevé una gran sorpresa”, confesó, ayer, a los secretarios de Estado de Cultura y Hacienda, Fernando Benzo y José Enrique Fernández de Moya, respectivamente, y al director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente.

La incredulidad del arquitecto no era gratuita. Estaba fundada en la experiencia de la realidad. El Plan Director de la Catedral de Jaén (ese documento en el que aparecen recogidas las necesidades del templo vinculadas a actuaciones prioritarias e inversiones) se redactó hace 17 años. Los expertos coincidieron, entonces, en que las cubiertas eran las zonas que requerían de una respuesta más urgente. Su deterioro se había detectado allá por 1993 y, ya entonces, en algunas zonas, la situación era bastante grave. En las que aún no se ha intervenido. Eso no ha cambiado. “Están muy mal”. “El movimiento de tejas ya es bestial”. Y, como advirtió el arquitecto granadino: “Todo lo que les pasa a las cubiertas, le pasa a lo que está debajo”. Como suele decirse, las casas se caen por el tejado.

Sin embargo, lo que era una prioridad fue quedando relegado por diferentes motivos. Entre ellos, la gran recesión que ha sacudido al país en los últimos años. Como reconoció el secretario de Estado de Cultura: “La programación se tuvo que ralentizar por las circunstancias económicas por las que ha pasado nuestro país”. Como consecuencia, a día de hoy, todavía queda por rehabilitar casi el 70% de la techumbre. Pero eso va a cambiar a partir de ahora. En el marco del Plan Nacional de Catedrales, el Gobierno destinará 637.000 euros a la rehabilitación de los pabellones 1 y 3. El director general de Bellas Artes se encargó de acotar los tiempos: “Creemos que, este año, estará realizado y supervisado el proyecto de ejecución, con lo cual la licitación será para comienzos de 2018 y la adjudicación hacia mediados [de año]”. La pretensión ministerial es “que, hacia agosto y septiembre”, puedan comenzar las obras, compatibilizándolas —destacó— con los “tiempos de anidación” del cernícalo primilla. “Es una actuación compleja, pero vamos a acometerla y existen otras pendientes para más adelante”. Hay presupuesto, un cronograma y, lo más esperanzador, una promesa política de continuidad sobre la que fue muy insistente el secretario de Estado de Cultura. “No estamos de paso, sino que estamos para quedarnos, para seguir trabajando”, enfatizó Benzo. Y lo argumentó de la siguiente manera: “Si queremos hacer una política activa de conservación de nuestro patrimonio histórico, obras de la trascendencia de la Catedral de Jaén tienen que ocupar un lugar prioritario”.

A su lado, el secretario de Estado de Hacienda, a quien su homólogo responsabilizó de broma de haber protagonizado una “persecución para que no quedara más remedio que plantarse en su ciudad y atender una demanda que está plenamente justificada”, abundó en la misma idea: “Esta dotación no significa una inversión de carácter puntual, sino que será sostenida en el tiempo”. Añadió: “Esta joya del Renacimiento constituye para nosotros una pieza clave en el patrimonio cultural de España”. Y aseguró que, cuando planteó a Benzo que de la inversión en ella volviera al Plan Nacional de Catedrales “la respuesta del Ministerio fue inmediata y la disposición plena”.

Ni el obispo, Amadeo Rodríguez Magro, ni el deán perdían detalle de cada palabra que fue proferida entre las cuatro paredes de la Sacristía de la Catedral. Y lo que escucharon resultó ser tan motivante que el pastor de la Diócesis se quedó sin razones para pedir. “Ya no hace falta. Solo tengo que alegrarme por haber escuchado buenas noticias. Han dicho explícitamente que este es el primer paso de un proyecto que está ahí y que hay que acabar y estoy contento por saber que se va a empezar y se va a acabar”, valoró, apostillando un “si Dios quiere”.