La Iglesia es la propietaria de la histórica Torre del Concejo

El bien fue inmatriculado en febrero de 2000, en tiempos del obispo Santiago

22 jun 2018 / 08:14 H.

La Torre del Concejo es propiedad de la Iglesia. Es lo que sostiene el Obispado que, como recuerda una portavoz, inmatriculó el monumento. La inscripción de este bien, por vez primera vez, en el Registro de la Propiedad llegó el 3 de febrero de 2000. Aquellos días, el pastor de la Diócesis jiennense era Santiago García Aracil, el mismo que protagonizó el histórico pleito con el Ayuntamiento de Baeza, sobre la titularidad del legado Mendívil. En este contencioso, la Justicia le dio la razón a la ciudad Patrimonio de la Humanidad. El torreón, donde se instaló el considerado reloj oficial de Jaén, que ya no luce en sus piedras y está averiado, se llama del concejo por su cercanía a la sede del Ayuntamiento medieval de la capital, enclavado en pleno barrio de San Juan. De hecho, la atalaya es el campanario del templo que da nombre al barrio, de ahí que las fuentes eclesiásticas consultadas muestren su extrañeza por el expediente abierto por el Ayuntamiento, que impulsa una investigación para dilucidar de quien es la torre.

El Boletín Oficial de la Provincia publicó un edicto, firmado por la tercera teniente de alcalde y concejal delegada del área de Patrimonio, Rosa Cárdenas, que supuso el comienzo del procedimiento para descubrir a quién pertenece el torreón. Y es que el Gobierno local cree que es del Ayuntamiento que, además, tiene servidumbre de paso al campanario, a través de la iglesia de San Juan. a la que está adosada la atalaya.

El mirador fortificado está en el corazón de San Juan, en una de las plazas que, pese a no estar excesivamente cuidada, es uno de los rincones más bellos de la capital. Aunque los orígenes del templo se remontan al siglo XI, la torre se cree que es del XV. En su origen, como centro de la ciudad vieja, las campanas de la torre se tocaban para convocar a los ciudadanos en momentos solemnes, para dar los turnos a los regantes de las huertas que existían próximas a la urbe o para avisar de la inminencia de ataques de los musulmanes.

Si no se pusieran de acuerdo el Ayuntamiento y el Obispado, el asunto podría terminar en los tribunales, aunque es una posibilidad que, al menos, en la Iglesia jiennense ven remota, sobre todo, por el convencimiento de que no tiene razón de ser la duda que plantea la Administración local. En algunas investigaciones, se da por hecho, no obstante, que la torre es del municipio, en base a a un acuerdo que, hace siglos, permitía al Ayuntamiento la instalación de un reloj en la fachada del campanario, dada su proximidad a la antigua casa consistorial.