La Guardia Civil decomisa 10 kilos de cocaína camuflados como abono

La droga, que procedía de Colombia, es el mayor alijo en la provincia en años

24 dic 2016 / 09:50 H.

A simple vista, parecía un paquete postal más. Un embalaje perfectamente cerrado que tenía como remitente a una persona de Panamá y como destinatario a un vecino de Jaén capital. Sin embargo, esa caja de cartón contenía el alijo de cocaína más importante de cuantos se han decomisado en la provincia en años: diez kilos de droga de gran pureza, exportada directamente desde Colombia. Hay cuatro detenidos que, según la Guardia Civil, formaban una organización que había logrado establecer en España una vía de introducción de la “farlopa”. Tres de ellos son jiennenses, mientras que el cuarto es un vecino del municipio de Fontanar, en Guadalajara. Se trata de David G. M., considerado el destinatario final de la cocaína y el cabecilla del grupo.

La bautizada como operación “Cantimplora” comenzó a principios de diciembre, tal y como explicó ayer el jefe de la Comandancia de Jaén, Luis Ortega Carmona, quien presentó la investigación junto a la subdelegada de Gobierno, Francisca Molina. La Guardia Civil del Aeropuerto de Barajas detectó un paquete que podría ser sospechoso. Venía desde una ruta considerada “caliente”, que partía desde Colombia y pasaba por Panamá. El remitente declaró que el contenido de ese envío era “abono orgánico”. Esa misma persona ya había intentado con anterioridad introducir en España otro paquete que, según la documentación, contenía pienso para animales. Fue rechazado por la Aduana en virtud de las restricciones a este tipo de producto. Sin embargo, a los agentes ya les resultó “raro” que intentara exportar desde Suramérica una mercancía que se puede encontrar con facilidad en toda Europa. Por eso, revisaron con lupa el segundo envío, el que declaraba como contenido el “abono orgánico”. No les falló el “olfato” a los guardias civiles. Lo que contenía el embalaje era cocaína.

Algo que se puso en conocimiento de la autoridad judicial. El juez decidió que no tenía sentido destapar el pastel en ese momento. Así que ordenó usar el paquete como cebo para tratar de llegar hasta los destinatarios de la droga. Eso sí, se sustituyó la “farlopa” por arena: “Si algo salía mal, no perdíamos las pruebas”, explicó el teniente coronel. El “abono orgánico” llegó hasta Jaén, permanentemente vigilado por la Guardia Civil.

Debía ser recogido por Miguel Antonio M. T., un jiennense de la capital con antecedentes. El hombre tomó sus precauciones antes de hacerse cargo del envío. Había trabajado en empresas de mensajería y conocía los protocolos policiales. Llegó a preguntar a los empleados de la empresa que recepcionó el paquete si alguien había preguntado por él. Finalmente, acudió a recogerlo y lo llevó a su casa.

La Guardia Civil tampoco quiso tirar de la manta en ese momento. Los agentes sabían que el jiennense era “un hombre de paja”, un conejillo de indias puesto por la organización para “comerse el marrón” en caso de ser descubiertos. El objetivo de los investigadores era llegar hasta el cabecilla del grupo. Así que establecieron un dispositivo de vigilancia a Miguel Antonio M. T. para que, sin saberlo, los llevara hasta su jefe.

El jiennense tenía prisa por quitarse el problema de en medio y no tardó mucho en transportar el paquete. Su destino era Guadalajara, donde lo esperaba su cuñado, Daniel M. D., también jiennense y el enlace con el verdadero dueño de la droga. En el viaje lo acompañó otro vecino de la capital, Manuel V. P. Cuando llegaron a Fontanar, entregaron la falsa cocaína —en realidad era arena— a David G. M., el considerado cabecilla de la organización. Dice el jefe de la Comandancia que era el que coordinaba las llegadas de las partidas de cocaína hasta España.

En su chalé se halló una cantimplora —de ahí el nombre de la operación— con 25 litros de un producto químico utilizado para tratar la droga. Y es que el polvo blanco había sido “pintado” para hacerlo pasar por el famoso “pienso orgánico”. Por eso, después, es necesario “lavarlo”.

Además de los diez kilos de cocaína, los agentes se han incautado de 6.500 euros en efectivo, una báscula de precisión oculta en la caja de un disco compacto y documentación referente a los envíos, que todavía se está analizando. El Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén, que de momento se ha hecho cargo de las diligencias, ha enviado a prisión preventiva a tres de los detenidos: Daniel M. D., David G. M. y Miguel Ángel M. T.