La Esperanza vence las dudas

Perdón, Amor y Esperanza cambia su recorrido de regreso al templo por la amenaza de lluvia

18 abr 2019 / 09:39 H.

Cristo Rey volvió a ser foco cofrade en una tarde que invitaba al desconcierto. Un cielo agrisado perduraba cuando la segunda de las hermandades del Miércoles Santo decidía echarse a las calles, con un adelanto de media hora. La esperanza ganó a la incertidumbre que irremediablemente suscitaba unas previsiones meteorológicas no muy halagüeñas de cara a las horas cercanas a la noche. Amor, Perdón y Esperanza colmó a la capital del Santo Reino de aquellos valores tan necesarios en el día a día y que, en ocasiones, resulta complicado sentirlos en uno mismo y en la cercanía.

Antes de que tuviera lugar la continuación del Miércoles Santo, el hermano mayor de la hermandad, Juan Jurado, daba parte de la decisión que se tomó. El Perdón se echaba a las calles con modificación de su itinerario de vuelta. Los jiennenses tendrían que conformarse con presenciar la icónica petalada a la Esperanza en una calle Álamos que acogería la primera parada del Perdón desde su salida de Carrera Oficial. Las puertas del templo se abrieron cuando la algarabía se hacía con la calle San Carlos. Muchos prepararon sus dispositivos para ser recolectores de los lindos instantes que dejarían, a su salida, los tres pasos de la hermandad de Jesús del Perdón, Cristo del Amor en su Prendimiento y María Santísima de la Esperanza. Una cofradía que sostiene estrechos vínculos con Instituciones Penitenciarias. Sería en los años transcurridos entre 1955 y 1974 cuando se indultaba a un preso, tradición recuperada en 2014, aunque no practicada desde entonces.

La Agrupación Musical linarense de María Santísima de los Dolores “El Rescate” apuntó marcha cuando el paso del Cristo del Amor en su Prendimiento se hallaba casi por completo en el exterior de Cristo Rey. Un momento en el que algo de tensión se manifiesta, dada la envergadura del olivo que forma parte del paso de misterio. El mismo que comparte el verde esperanza del manto solemne de María.

Cornetas y tambores de Monte Calvario de Martos anunciaban la salida de Jesús del Perdón, en cuyos primeros pasos de la tarde del Miércoles Santo recibió la caída de una saeta. La primera que se producía en una tarde en la que se sucedería alguna mirada que otra al cielo, en busca de la esperanza de no ver de cerca el asedio del agua. Si bien, una bellísima lluvia de pétalos recibía María Santísima de la Esperanza a su salida. Aquella que podría equipararse con la recibida en calle Álamos, ya caída la noche del Miércoles Santo.

Cruz de guía en la parte alta de la calle Puerta del Sol. La hermandad del Perdón esperó que Jesús Cautivo discurriese por el Pilar del Arrabalejo para poder continuar con su transitar. Una intersección entre dos cofradías que aúna a buena parte del público cofrade que poblaba las calles de Jaén. De nuevo, y como vendría sucediendo a lo largo y ancho de la jornada, el cielo era motivo más que justificado por el que preocuparse. Carrera Oficial, atestada y aún partícipe del Cautivo, daba la bienvenida a Perdón, Amor y Esperanza. Hermoso discurrir llegaba a Bernabé Soriano cuando la lluvia volvió a hacer acto de presencia. Los paraguas se abrieron en señal de unas gotas que iban siendo cada vez más asiduas. Afortunadamente, al igual que ocurriría en el transcurrir de el Cautivo, cesaron las que parecían lágrimas del cielo.

El palio de María Santísima de la Esperanza llegaba para suscitar los vítores y aplausos que tan acostumbrados son de su transcurrir. Una nueva petalada, esta vez en calle Álamos, hacía las últimas delicias del Miércoles Santo del Perdón. La hermandad descendió por Paseo de la Estación a “paso mudá” dado a lo impredecible que puede llegar a ser la primavera, que posó sus caprichos en la capital del Santo Reino.