La Clemencia, festejo de sones

La cofradía de
La Magdalena celebra el 425 aniversario de la bendición del Cristo de su imagen titular

28 mar 2018 / 08:08 H.

Una hora antes del inicio de la procesión de la Cofradía de la Clemencia los vecinos de La Magdalena ya se acercaban a las puertas de la iglesia, a la espera de la salida de su Cristo. El olor del incienso junto el de las pipas se mezclaba frente al templo, mientras que en su interior los miembros de la hermandad ultimaban los preparativos de su gran día. Pedro Estepa, el hermano mayor, daba indicaciones a diestro y siniestro, todos a la busca de su consejo. “Es el culmen del año natural de la cofradía, pero no el final de la celebración por el 425 aniversario”, destacó, en referencia a los actos organizados por La Clemencia, en honor a la bendición de su imagen titular, en 1593, y que se cerrarán el segundo domingo de mayo. Pero los ojos estaban puestos en los pasos, en la colocación de los lirios, las rosas y los claveles antes de la salida de los pasos por la puerta de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena.

El capataz de Nuestro Padre Jesús de la Caída, José Luis Estepa, no podía contener los nervios y apoyaba un pie y después otro, inquieto. A pesar de sus veinte años siendo los pies de Jesús, “la emoción siempre está ahí”, dijo con la congoja asomando por la garganta. A su alrededor, los más pequeños de la cofradía, muchos de ellos sobrinos y sus amigos, así como su propia hija, Lucía, que a sus once años muestra la entereza de un adulto. “Estoy tranquila, he dormido bastante bien”. Con seis salió por primera vez con La Clemencia y, aseguró, que acompañará todos los años que pueda. Su ilusión, estar bajo un trono. Otros niños, amigos y familiares, asentían con contundencia, deseosos por cumplir su sueño.

A las cinco en punto las puertas se abrieron y la cruz de guía las atravesó, para dar comienzo a la procesión. Nuestro Padre Jesús de la Caída, que estrenaba túnica —confeccionada por Ángeles Estepa y donada por la familia a la hermandad— iniciaba su recorrido, con el acompañamiento de la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús Cautivo, de Villa del Río (Córdoba). Media hora después, el Cristo de la Clemencia salía a las calles de la capital. Antes de cruzar el pórtico, Paqui García Espinosa le ofreció una saeta a la imagen titular, muy querida por los vecinos de La Magdalena y como homenaje por su aniversario. Los asistentes estallaron en aplausos para, de esta forma, dar pie al comienzo de su procesión, con la compañía de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de la Caridad de Vélez Málaga (Málaga).

El cuerpo de la Policía Nacional participó en el cortejo procesional por ser hermano mayor honorario de la hermandad, con una veintena de agentes. Entre ellos, el jefe provincial de la Policía Nacional de Jaén, Jesús Herranz Torrubia, junto con el comisario jefe de la brigada de la Policía Judicial de Granada, Juan de Dios Piedra.

La última en salir fue María Santísima del Mayor Dolor, cuyos pies son todos de mujeres. La Banda Municipal de Música de Escañuela estuvo tras el palio durante todo su trayecto. A ella también le dedicaron una emotiva saeta antes de iniciar su andadura hacia las calles de la capital, envuelta en el calor de los vecinos de La Magdalena, hasta su encierro, de madrugada, en el templo.

Medallas de la Virgen en su iglesia