Jiennenses abocados a pedir ayuda humanitaria

El 13% de la población que reside en la provincia se encuentra en situación de riesgo de exclusión social y de pobreza

18 jun 2018 / 08:28 H.

No son buenos momentos para muchas familias jiennenses. La falta de empleo, los bajos sueldos y la precariedad hacen estragos en muchos hogares. Tanto es así, que en torno al 13% de la población de Jaén se encuentra en riesgo de exclusión social, según expuso la asociación Avance. Además, la provincia está en el top de la pobreza en el ámbito andaluz.

La recuperación económica aún no llegó a todas las familias jiennenses y la desigualdad se mueve de forma sigilosa entre los diferentes estratos de la sociedad. Cáritas Diocesana de Jaén expone que la puerta del empleo sigue “cerrada para muchas personas” y, además, establece que el mercado laboral no garantiza la dignidad entre las personas, pues la precariedad se extiende, sin pausa, como modelo de vida entre la población de Jaén. Este nuevo modelo proviene de la pasada crisis, la cual puso de manifiesto el fenómeno de los trabajadores pobres, quienes aunque realicen una actividad laboral, su sueldo no les permite mantener un estándar de vida digna. “El ascensor social no para en las plantas más bajas y en las plantas intermedias se instala en la precariedad como forma de vida”, insiste Rafael López-Siro, director de Cáritas Diocesana de Jaén, quien considera necesario que se realice una intervención “urgente” en materia de empleo, así como en las “dificultades para el acceso a una vivienda digna, la soledad de las personas mayores, la falta de recursos para personas sin hogar con problemas psíquicos, las dificultades para la inserción social de los inmigrantes y el preocupantes incremento de jóvenes desorientados y víctimas de las drogas”. Esta situación lleva a Jaén al límite y hace que sus ciudadanos se vean abocados a recurrir a entidades como Cáritas para poder tener una vida un poco más digna con su ayuda. Así, la institución afirma que, durante 2017, atendió a 12.300 personas en toda la provincia de Jaén, lo que traducen en unas 30.000 beneficiarias. Una cifra que, en comparación con el año anterior, aumentó en más de 5.000 jiennenses que piden asistencia y apoyo a la organización humanitaria. Además, destacan que el perfil del tipo de personas que acuden a ella se trata, sobre todo, de mujer con pareja e hijos, española, en situación de desempleo, con una edad comprendida entre los 45 y los 64 años y con estudios primarios. Los comedores sociales de la entidad tampoco estuvieron desprovistos de usuarios, pues, en 2017, atendieron a 1.049 personas.

COYUNTURA. En el caso concreto de Jaén, la provincia se encuentra en el top de la pobreza en el ámbito andaluz. Así lo establece Felipe Cazalilla, presidente de Avance. Según el último informe de la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social expone que el 41% de la población andaluza está en riesgo de pobreza y de exclusión social, un número 13,8 puntos porcentuales superior a la media del conjunto nacional y el segundo más alto de todas las comunidades autónomas. De hecho, apunta que son 3.497.841 personas residentes en Andalucía las que están en esta situación. Así, el estudio incluye que la población mayor permanece en una “jaula de pobreza” de la que no puede salir como consecuencia de las bajas pensiones. Además, este análisis llevó a conocer datos como los que sitúan que el 78,1% de la población experimenta dificultades para llegar a fin de mes y una de cada cuatro personas lo hace con mucha dificultad. Asimismo, el 9,9% de los andaluces sufre de pobreza severa, una situación en la que están aquellos hogares cuya renta por unidad de consumo es igual o menor al 30% de la media de los ingresos de la población. Es decir, todas aquellas personas cuyos ingresos no superan los 4.104 euros al año (342 euros mensuales). Avance también señala que se observa cómo un 33,11% de las población menor de 16 años está en riesgo de pobreza y exclusión social. Sin embargo, el grupo de edad que presenta mayor índice de riesgo es el de 16 a 29 años, con un 45,52% en Andalucía. De igual manera, la pobreza aparece más en adultos con menor formación. Un fenómeno agravado por el traspaso de esta problemática de unas generaciones a otras.

La mujer, una de las más afectadas por la desigualdad en la sociedad

Las desigualdades no solo se producen en el terreno económico dentro de la sociedad. El género juega un papel muy importante y la mujer es una de las grandes afectadas de esta coyuntura. “Las desigualdades de género no es que estén totalmente arregladas”, así lo establece Capilla Vega, secretaria institucional y encargada de Formación y Redes Sociales de UGT, quien afirma que, aunque hay muchas empresas que tienen planes de igualdad, aún hay algunas que los llevan a práctica. “A nivel de administraciones públicas y a raíz de los convenios que se hacen, sobre todo a nivel local, se crean unas cláusulas de igualdad. Sin embargo, estas tienen que poner más medidas de igualdad para que tanto en empresas como en administraciones se acabe con la discriminación salarial”, apunta Vega, quien destaca a Valeo como una de las compañías más a la vanguardia en este tema por su un plan de igualdad propio. “En Valeo se están ofreciendo estos puestos a mujeres y se les da un mayor empuje”, comenta. En el ámbito provincial, la secretaria institucional de UGT explica que se da un “pequeño empuje” a la igualdad de género. Según establece, el proceso no va tan rápido “como se pretende o se quiere”, pero, al menos, sigue adelante. Vega también aclara que a las mujeres que tienen cierta edad y a aquellas a las que esto se junta con la maternidad “se las echa del mercado laboral”. “Muchas veces sus parejas siguen sin entender esa corresponsabilidad en la maternidad. Entonces, en el momento que ellos cambien su mentalidad y se involucren directamente, esto tendrá un cambio positivo”, argumenta. Además, indica que a las mujeres mayores les cuesta mucho más acceder al mercado laboral.

“El empleo al que tiene acceso la mujer está en un estado muy precario, porque hay muchas que trabajan sin estar aseguradas y, la gran mayoría, suelen ser empleadas de hogar. El trabajo para la mujer está muy mal y esperamos que pueda haber un cambio”, declara Encarnación Quesada, presidenta de la asociación Mujeres Progresistas Contra la Discriminación y la Violencia de Género, quien además advierte que en la organización se escucharon casos en los que despidieron a mujeres embarazadas, “pero nadie denuncia”. “Además, en muchos casos, las mujeres ni siquiera dicen que están embarazadas. Esto es una realidad”, comenta la presidenta de la asociación jiennense.

1 La brecha de la pobreza continúa en andalucía

La evolución de la brecha de pobreza en Andalucía mantuvo una dinámica muy similar a la del conjunto del territorio nacional. Así, en la actualidad la brecha de pobreza en la comunidad andaluza es del 32,3%, lo que la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social interpreta “intuitivamente” como una necesidad de un suplemento de ingresos 2.651 euros por persona para salir de la pobreza.

2 Ricos más ricos y pobres más pobres

Uno de los problemas actuales que más afecta a la sociedad jiennense es la desigualdad en la distribución de la riqueza. Esta circunstancia hace que el crecimiento económico no beneficie equitativamente a toda la población. Así, desde la pasada crisis, la concentración de la riqueza se produce en “unas pocas manos”, lo que provoca que cada año haya ricos más ricos y pobres más pobres, aunque el PIB crezca en Andalucía.

3 El sector agrícola expulsa a la mujer

La provincia de Jaén se caracterizaba por que sus mujeres trabajasen en el campo, pero, según explica Capilla Vega, de UGT, ahora se las ha expulsado de este por el uso de la nueva maquinaria donde la fuerza física se ha impuesto. Según expone, el sector apunta que son los hombres los únicos que pueden manejar esas máquinas. “Aunque luego se demuestra que es todo lo contrario”, manifiesta Vega.

4 Violencia de género y dependencia económica

La violencia de género es una de las lacras que más manifiesta la desigualdad entre sexos en la sociedad. Las denuncias han aumentado gracias a que las mujeres están muy concienciadas. Sin embargo, el problema se presenta una vez que ha denunciado, ya que, tras la separación, tienen en cuenta el tema económico. Esto hace que muchas, directamente, no denuncien, pues son dependientes económicamente de sus parejas.