Jaén tiene más ahorros y deja de pedir dinero prestado por España

La provincia deja de ser una provincia deudora y se convierte en prestamista

27 dic 2018 / 09:05 H.

Jaén se convierte en una tierra Tío Gilito. De hecho, los jiennenses comienzan a emular la filosofía del personaje de Disney al que le gustaba guardar el dinero y prestar siempre con todas las garantías del mundo. Por primera vez, el Banco de España revela que los jiennenses tienen más dinero del que deben a las entidades financieras. De esta manera, la tierra del mar de olivos ya es autónoma en el mercado financiero. Tal vez, este ejemplo puede servir para indicar lo que conlleva en términos macroeconómicos: Hay que imaginar que cada provincia tuviera su propia moneda y que se pudiera canjear por euros —como ahora pasa con las divisas que se equiparan con el oro—. Jaén podría crear la suya propia. Bien podría llamarse “aceitum”. Pues, en ese caso, los jiennenses tendrían “aceitums” suficientes para acometer todos los proyectos pendientes: comprar pisos, coches y préstamos de consumo sin que ninguna otra provincia le tuviera que prestar dinero alguno. Hasta ahora, esto nunca había pasado.

El Banco de España indica que los jiennenses cuentan con 10.139 millones de euros guardados en las entidades financieras, mientras que deben 8.838 millones. Por eso, tienen 1.301 millones a su favor. Pese a que esto puede sonar a una cosa bastante compleja, en realidad obedece a un pensamiento muy sencillo. Los hombres y las mujeres de esta tierra lo han pasado mal en los tiempos de crisis, por lo que han aprovechado los últimos años para “sacudirse” las “trampas”. Han pagado todo lo que han podido y han sido tremendamente prudentes a la hora de pedir dinero prestado. A la vez, la depresión económica ha generado una serie de miedos —hipotecarse más de la cuenta— y de cautelas por parte de las entidades financieras —elevar la vigilancia para controlar la morosidad, es decir, dar dinero a quienes lo pagarán—. De esta manera, los ahorros en la provincia jiennense han tendido a crecer, mientras que los créditos han disminuido. Tal vez, puede que algunos se empeñen en encontrar variables económicas para entender este cambio de tendencia, pero lo más seguro que se equivoquen en el planteamiento. En Jaén no han ido mejor las cosas, sino que ha habido un cambio de mentalidad. Es verdad que las últimas cosechas olivareras y el precio del aceite de oliva han podido ayudar en algo, pero no para los números que ofrece el Banco de España. De ahí que la explicación está en la filosofía del Tío Gilito, que pasa por ahorrar lo que se puede y entramparse poco o, prácticamente, nada.

En 2011, los jiennenses debían 12.023 millones de euros, mientras que tenían en las entidades de ahorro 8.842. Sin embargo, la tendencia de los hogares, de las administraciones y de las propias empresas después de la crisis económica está marcada por contener el gasto, ahorrar por si vienen tiempos malos y pedir prestado poco. El problema está en que el impacto de la mentalidad del Tío Gilito no suele ser buena para los territorios, sobre todo, desde el punto de vista del consumo. Esta filosofía hace que se pueda aguantar con dureza espartana tiempos malos, pero genera una caída del consumo, lo que daña el tejido productivo. De hecho, el dinero tiende a estancarse en vez de moverse y cambiar de manos, algo que popularmente se denomina en la calle “alegría”. Además, los ahorros no generan beneficios si están parados, aunque, eso sí, dan bastante tranquilidad a quien los tiene.