Honor y gloria a los difuntos

Miles de jiennenses “llenan” de flores, oraciones y lágrimas los cementerios

02 nov 2016 / 11:54 H.

Honor y gloria a los difuntos jiennenses. Los cementerios, un año más, se volvieron a llenar de vivos que recordaban la memoria de los muertos. Atrás quedaron las jornadas de limpieza y los preparativos de los nichos y tumbas. Ayer fue un día para pasear, dejar flores, rezar y llorar delante de las lápidas de las personas queridas que ya no están. Los cementerios de San Fernando y San Eufrasio cerraron sus puertas cuando el crepúsculo daba paso a la oscuridad. A las siete de la tarde, ya solo quedaba algún rezagado, que se apresuraba a dejar los camposantos después de una jornada con una enorme afluencia.

En el cementerio se habla bajo, se reza, se llora y también se depositan flores. Todo en un ambiente de mucha paz y tranquilidad. Respeto, pero no miedo. Ya lo dijo Antonio Machado: “La muerte es algo a lo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es nosotros no somos”. Ayer por la mañana hubo muchos jiennenses. “No ha sido la avalancha de otros años porque hemos tenido unos Santos muy largos, que vienen desde el fin de semana”, comentaba Manuel López Gámez, conserje del Cementerio de San Fernando.

En las puertas del recinto en el que yacen las personas que se han encontrado con la muerte, la vida se abre camino. Casi veinte personas venden flores y centros. La docena de claveles se paga a 12 euros y se pueden encontrar centros por unos 15. La mayoría de los jiennenses los traen de casa, pero también los ahí que se detienen allí para sustituir alguno que colocó hace unos días y se ha estropeado o porque viene de viaje y prefiere comprar los ornamentos florales en las puertas del camposanto.

Un poco más adelante, justo al lado del patio de San Rafael —impresiona porque son nichos destinados a niños—, Ginés Luis Vargas Cortés —Papa Harris— comanda un grupo de hombres “armados” con bayetas, limpiacristales y grandes escaleras. A cambio de la voluntad, se suben donde haga falta para limpiar nichos o colocar las flores. Dicen que, a partir del jueves, volverán a casa para “quitarse el hambre a guantazos”. En cambio, ahora, encuentran una vía de ingresos para llevar dinero a la casa. Una vez en los patios, se pueden encontrar a hombres, como Antonio Rodríguez, que llevaba a Alejandro —su hijo—, delante de los nichos de sus abuelos, a los que no conoció. Lo pone delante y les cuenta cómo eran. Mientras, el niño mira sus fotos, que aparecen al lado de una gran imagen de Nuestro Padre Jesús —el más reproducido en los enterramientos jiennenses—. Más de 30 policías locales controlaban el dispositivo, mientras que voluntarios de Protección Civil paseaban por el camposanto para ayudar a los más mayores o dar apoyo en el caso de una emergencia. Hoy, Día de los Difuntos, también se espera una gran afluencia en los cementerios.

Hoy a las 11:30 horas, misa por los difuntos

En el patio. El sacerdote Juan Herrera —párroco de Belén y San Roque— oficiará una misa por los difuntos. Se hará en el patio del Cementerio de San Fernando y comenzará a las once y media de la mañana. Será en honor de los difuntos. Alrededor de medio millar de personas han asistido en otras ediciones a este acto para el que, incluso, se instala un escenario.

“La gente viene para estar un rato con sus difuntos”
“Noto que la venta algo más parada que durante otros años”
“Limpiamos los nichos para llevar dinero a la familia”