Gloria para el Cristo resucitado

El buen tiempo acompaña a los devotos y cofrades en la procesión desde San Ildefonso

02 abr 2018 / 08:50 H.

Las puertas de la basílica menor de San Ildefonso se abrieron para dar paso a la última procesión de la Semana Santa de Jaén de 2018. A las diez y cuarto de la mañana la cruz de guía de la Hermandad del Resucitado atravesaba la entrada del templo para iniciar su recorrido por las calles de la capital. Representantes de las cofradías de Pasión y Gloria de la ciudad acompañaron a los pasos durante su itinerario. Poco después iba la imagen titular de la cofradía, Jesús en el misterio de su Gloriosa Resurrección, con los brazos alzados al cielo, como prueba de su regreso. Los asistentes aguardaban con emoción su salida, siempre delicada, por la estrechez de las puertas de la basílica menor. En cuanto pisó el asfalto, los devotos aplaudieron con energía y lanzaban vítores de alegría. Un grupo de costaleras —pues son mujeres todas las que llevan al Cristo a costal—, se secaba las lágrimas y mandaba ánimos a sus compañeras, que se encontraban bajo el paso de la imagen titular.

La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Piedad en su Sagrada Presentación Al Pueblo, de Jaén, puso las notas del compás al que se movería el paso del Cristo. Por su parte, la Agrupación Cultural Musical Lázaro Rueda (Banda Municipal de Los Villares), acompañó al palio, que no se hizo esperar tras la salida de su Hijo.

María Santísima de la Victoria cruzó las puertas de la basílica menor de San Ildefonso con la habitual tensión que reina en el ambiente, como si los muros se encogieran ante el paso de la imagen. Sin embargo, el grupo de costaleros logró avanzar hasta la plaza sin inconvenientes, con una gran destreza que, después, a la hora del encierro, volverían a demostrar. A las doce del mediodía la cruz de guía entraba en la carrera “oficial”, seguidas de los pasos. El ritmo no aminoró y el buen tiempo parecía bendecir el recorrido de los cofrades por la capital, contagiados por los sentimientos de entusiasmo propios que despiertan el semblante de la Virgen al ver a su Hijo resucitado. Tras subir la calle Campanas, numerosos jiennenses se agolpaban en la Plaza de Santa María, deseosos por ver los pasos de la hermandad. Después de atravesar la calle Maestra, Plaza de la Audiencia y Colón, la procesión vio trastocado el itinerario “oficial” a causa de unas obras que se realizan en la calle Cerón, por lo que continuaron por Álamos hasta la Plaza de San Francisco, con más amplitud en las vías y muchas más personas a la espera de su llegada detrás de la Catedral.

El colorido cortejo procesional continuó por “Ramón y Cajal” hasta Hurtado, para finalizar en la Plaza de San Ildefonso, donde los devotos que habían perseguido al Cristo y la Virgen durante su trayectoria se reunían frente a la basílica menor para despedir, hasta el próximo año, a las imágenes de la Cofradía del Resucitado. Finalmente el encierro fue poco después de las dos y media de la tarde, y para las tres y media ambos se encontraban de nuevo en su hogar, guarecidos tras recibir amplias muestras de cariño de los jiennenses. La Virgen, con su traje dorado, parecía brillar incluso dentro del templo gracias al calor y la luz tomada del sol y el corazón de sus vecinos. El Cristo todavía “lloraba” pétalos de flor que le lanzaron en el casco antigua de la ciudad. Los devotos dijeron adiós, hasta el próximo Domingo de Resurrección.

Medalla de la Virgen de la Victoria
idcon=13250750;order=16

Diario JAÉN ofreció a los asistentes a la procesión de la Cofradía del Resucitado la oportunidad de adquirir su periódico del día junto con la medalla, en una edición en exclusiva, de María Santísima de la Victoria. A las puertas de la basílica menor de San Ildefonso se pudo obtener una de las piezas de la colección de las Dolorosas de Jaén.