Fuensanta recrea de una manera vívida las últimas horas del Señor

Impresionantes escenas de la Pasión escenificadas por el colectivo Padefu

21 abr 2019 / 11:15 H.

La Pasión viviente de Fuensanta es una impresionante forma de acercarse a los últimos días de vida de Jesús de Nazaret. La representación, que se ha convertido en uno de los grandes reclamos para el municipio, atrajo, una vez más a un numeroso público. Los promotores, el colectivo Padefu, plantaron cara al mal tiempo y consiguieron plasmar, con maestría, momentos como la Última cena, la Oración en el Huerto de los Olivos, el Prendimiento, la Crucifixión y el Descendimiento. No en vano, la iniciativa tiene una trayectoria de casi cuatro décadas.

El lugar elegido, el entorno del paraje de la Fuente de la Negra, sirve, cada primavera, para dar realce a la escenificación en la que se implican numerosos vecinos, entre ellos buena parte de la juventud local. Detrás de la representación, un esfuerzo ímprobo, acrecentado, esta vez, por la necesidad de plantear diversas alternativas ante los pronósticos de posibles lluvias. De hecho, los prolegómenos se vieron marcados por los chubascos. Finalmente, el esfuerzo colectivo, incluido el trabajo de MF-Audio Agu —empresa encargada del sonido y la iluminación— y de las maquilladoras, tuvo su premio y se disfrutó de una recreación grandiosa, resultado de un minucioso y prolongado proceso de ensayos.

Rubén Montalbán encarnó a Jesucristo a la perfección. Lo mismo ocurrió con el resto de actores, que hicieron de apóstoles, romanos y judíos. Tenían personalidad propia Barrabás, Poncio Pilatos y el Buen y el Mal Ladrón, conocidos por la tradición, respectivamente, como Dimas y Gestas. Durante más de una hora, propios y extraños vibraron y se emocionaron con el suplicio, plasmado de una manera vívida. Las tres cruces volvieron a erigirse como plasmación suprema del sufrimiento previo a la redención. Hasta el último momento, el agua fue una amenaza, aunque, finalmente, el grupo salió victorioso y consiguió representar íntegras las escenas, que concluyeron con el traslado del cadáver de Cristo y su bajada hasta la zona del Ayuntamiento, a la espera de un sepelio que conduciría a la resurrección y el triunfo del Señor sobre la muerte humana.

El resultado mereció el aplauso y la satisfacción de los presentes en la intensa tarde noche, entre ellos, la alcaldesa fuensanteña, Francisca Molina. La responsable, en un mensaje, elogia la valentía de quienes hicieron posible la Pasión viviente. Les dio las gracias por su responsabilidad, su trabajo, su implicación y la forma de ser y de afrontar las inclemencias meteorológicas.