El tiempo marca a los cuarteles

Los más de 175 años de historia que tiene el cuerpo de la Guardia Civil se deja ver en las salas, paredes y estado general que reflejan muchos de los cuarteles y pabellones en los que trabajan y viven, día a día, más de 1.300 agentes de la Benemérita en la provincia de Jaén. Según indican desde la Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC), cuarteles como los de Arjonilla, Pegalajar o Torredelcampo son unos de los que más desperfectos y falta de acondicionamiento sufren.

“Son todos muy viejos”, apunta Javier Sarobe, secretario provincial de AUGC, quien acusa que el paso del tiempo se deja notar en las instalaciones. Y no solo eso, sino que también comenta que cuarteles, “relativamente nuevos”, como el de la Academia de Baeza, presentan “graves deficiencias” como hundimientos, grietas, humedades, filtraciones y problemas de desagües, tal y como afirma. Cuestiones que, para él, no resultan “ni lógicas ni coherentes en un cuartel tan nuevo como el de Baeza”.

Desde AUCG denuncian el estado de “precariedad” en la que se encuentran algunos de los cuarteles jiennenses. De hecho, Sarobe detalla que el antiguo cuartel de Villanueva de la Reina tuvo que cerrarse y demolerse por un caso “grave” de aluminosis, una alteración del hormigón en el que se emplea cemento aluminoso, que conlleva su degradación y pérdida de resistencia. Una situación similar a la que ocurrió en Porcuna, hace unos años, cuyo edificio también fue “atacado” por esta alteración. “Hay cuarteles que se abandonaron y que tienen unas condiciones muy precarias, como por ejemplo en Arjonilla o Alcaudete, que está en una nave industrial rehabilitada”, argumenta el secretario provincial. Asimismo, añade que algunos ni siquiera presentan las “condiciones mínimas”, y pone como ejemplo el de Pegalajar. “No tiene ni los metros de altura suficiente en las oficinas, que son un trozo de piso de vivienda social con un trozo añadido de unos soportales que se tabicaron, que no están diseñados ni pensados para ser oficinas”, manifiesta. Sobre este cuartel, Sarobe cuenta que, varias viviendas que se adjudicaron a la Guardia Civil para que fueran ocupadas como pabellones oficiales acabaron siendo habitados por familias y, según especifica, estas residencias no se volvieron a liberar, por lo que, actualmente, “el cuartel de Pegalajar solo cuenta con un pabellón oficial que se adjudicó al jefe de la unidad, el Sargento”, mientras que el resto de agentes viven fuera de esta edificación.

En otros casos, explica el secretario provincial, ocurren circunstancias como las de Carchelejo, cuartel en el que solo hay un pabellón ocupado, cuando dispone de ocho, porque la mayoría de la plantilla vive fuera del municipio. “Son cuarteles que, con el tiempo y al no usarse, se va deteriorando la parte de las viviendas por mucho que se limpie, ya que no se mantiene igual”, expone Sarobe, quien también adelanta que, el 6 de junio, mantendrá una reunión con el Teniente Coronel Luis Ortega y con las asociaciones profesionales para buscar una solución a esta problemática en la provincia.