El precio del virgen extra cae por debajo de los tres euros

Hay maneras de medir que prevalecen en el campo más allá de las modas y los convencionalismos. Mientras que todos los documentos oficiales que se hacen ahora contemplan la hectárea como la unidad para medir la superficie agrícola, seguro que muchos jiennenses han oído en más de una ocasión que los agricultores cuentan su extensión olivarera en fanegas de tierra. Igual ocurre con la peseta. El euro la hizo desaparecer el 1 de marzo de 2002, pero casi todos los oleicultores todavía la usan para hacer sus propias cuentas. Por eso, ahora dicen con pesar que el virgen extra ya vale menos de 500 pesetas.

Más que otra cosa, se trata de una barrera psicológica, que ya se ha superado. Los olivareros llevan meses con unos precios bastante buenos, aunque vienen de un año de poca disponibilidad de producto. De ahí que no se puede decir que hayan beneficiado a todos, sino a los que contaban con “oro líquido”. Ahora, el mercado no está favorable para los que venden. Tiene una ligera tendencia a la baja, por lo que, si no se tiene calma, se puede tirar la cotización del producto, ya que los que compran —si tienen despensa— esperarán por si baja más y los que quieren vender se pueden poner nerviosos y devaluar el producto.

A favor de los agricultores están las ventas, sobre todo, en el extranjero. El precio aguanta en indicadores aceptables porque la comercialización registra buenos parámetros. En cambio, las últimas lluvias han elevado las expectativas de cosecha para el próximo año, lo que ha generado incertidumbres respecto a la cotización. Por eso, más empresas han salido a vender a granel, algo que se plasma en el valor del producto. El virgen extra baja de los 3 euros por kilo en las operaciones a granel después de 18 meses por encima de esta cotización. Desde noviembre de 2014, el mejor caldo no se había pagado por debajo —2,94 euros valía entonces—. Llegó a costar hasta 4,19 euros por kilo, pero fue en agosto de este año. No obstante, pocos se pudieron beneficiar de esta cotización, ya que el género que quedaba en las bodegas de las fábricas era bastante escaso. Por eso, valía tanto.

Pese a que el precio del aceite muestra una ligera tendencia a la baja, no se puede calificar como un desplome. No hay muchas existencias y crecen las dudas en el mercado. El próximo hito será la floración, que marcará la final de la campaña de venta.