El precio del aceite varía muy poco en los supermercados

Un informe de la Junta revela que los grandes vaivenes solo afectaron en 2018 a las fábricas

09 ene 2019 / 11:32 H.

Para un olivarero jiennense hay dos temas que le preocupan cada día: si llueve y a cuánto se paga el aceite de oliva. Son dos asuntos en los que miles de personas de esta tierra piensan a diario y, además, se preocupan por ello, simplemente, porque no tienen capacidad para controlarlos, pese a que son determinantes para el dinero que llega a sus casas. La lluvia depende del cielo, pese a que la agricultura trabaja para reducir su latente necesidad con balsas, pantanos, conducciones y regadíos. En cambio, al final, las nubes tienen que ser generosas. Si no, no hay nada que hacer. En cambio, el precio del aceite de oliva sí que es más terrenal, pese a que a los agricultores de Jaén todavía se les escapa. Al igual que el agua, se intenta controlar con sistemas ligados a la economía, es decir, controlando las salidas al mercado, con sistemas de regulación de oferta, con acuerdos comerciales prioritarios o con fábricas y cooperativas con liquidez para vender a lo que se deba y no a lo que te den. Pero, pese a todo, a los olivareros jiennenses se le escapa.

La Consejería de Agricultura del Gobierno de Andalucía acaba de publicar un documento que muestra la evolución del precio del aceite de oliva en las cooperativas y almazaras, es decir, en industrias que controlan los agricultores y, luego, la repercusión de esos precios en los supermercados en los que se ha vendido el mismo producto. El precio medio al que cobraron los agricultores el aceite de oliva durante el pasado año fue de 2,84 euros por kilo. Después de lo que se ha vivido en años anteriores, no hay duda de que se trata de un valor que está por encima de la rentabilidad de la mayoría de los olivares de la provincia —otra cosa sería sin ayuda, en el que los de sierra sufrirían mucho—.

El mismo documento señala que el precio medio al que los españoles compraron el aceite de oliva fue de 4,16 euros por litro, es decir, existió una diferencia de 1,32 euros respecto a lo que se paga en las cooperativas y almazaras de la provincia y el valor que adquiere este producto para los consumidores. El informe muestra la evolución de la cotización en origen y en el punto final de comercialización mes a mes y ofrece una conclusión sorprendente. Solo con mirar la infografía de esta página se ve con claridad que la gráfica del valor en las tiendas tiene muchos menos subidas y bajadas que las del precio en las cooperativas y almazaras, es decir, el vaivén de la cotización del aceite de oliva lo sufren casi en exclusiva los agricultores. La causa es tan sencilla como que no controlan el mercado.

Mientras, en el aceite de oliva en las tiendas ha valido prácticamente igual, es decir, se ha movido entre los 4,10 y los 4,18 euros por litro, lo que ha generado una sensación de estabilidad entre las personas que acudían a la tienda para comprarlo. Las grandes superficies de comercialización del producto han apostado por mantener una estabilidad en la cotización —hay campañas en las que optan también por ofertarlo como gancho comercial—, pese a lo que ocurría en las fábricas de los productores. De ahí que las subidas y las bajadas se han repercutido sobre sus márgenes de beneficio a cambio de mantener una estabilidad en su valor que diera confianza a sus clientes. No obstante, una política comercial dotada con esta filosofía guarda en su ADN un gen envenenado que empuja el precio hacia abajo en las fábricas. Si las subidas y las bajadas no repercuten en los consumidores, afectan al margen de beneficios y, lógicamente, la política comercial siempre tiende a deshacerse de esa presión y no puede hacerse de otra manera que empujando hacia abajo el valor del producto de las fábricas.

De hecho, la propia infografía de esta página muestra el margen de beneficio de una manera clara. Sería la distancia que existe entre las dos aceiteras —la verde y la amarilla—. Cuando la alcuza de los productores se acerca a la de los vendedores, estos últimos optan por asumir la pérdida de beneficios —en vez de subir el precio para mantener el margen—. En cambio, la tendencia general es la de empujarle hacia abajo para mantener el margen que sustenta su negocio. De esta manera, parece evidente que mayo fue el mes en el que existió un mayor beneficio, mientras que enero en el que se estrecharon los márgenes. No obstante, esta realidad que dicta el mercado no se entiende bien por parte de los consumidores, ya que en Jaén cuando se dice que el aceite baja no se nota en las tiendas. Más bien, hay márgenes que cogen más dimensión.

Incentivos para la ganadería

ayuda. La Consejería de Agricultura ha abierto el plazo para solicitar las ayudas 2019 destinadas al fomento de las razas autóctonas españolas en Andalucía y de las que se podrán beneficiar las organizaciones o asociaciones de ganaderos oficialmente reconocidas para la gestión de los Libros Genealógicos y Programas de Cría. La dotación presupuestaria, con fondos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, es de 100.000 euros. La cuantía de la subvención, que se concede en régimen de concurrencia competitiva, será como máximo de 60.000 euros por raza.