“El Perdón” ofrece a Rafael una segunda oportunidad

El preso indultado gracias a la cofradía asegura que se siente un privilegiado: “El Cristo me ha elegido”

23 mar 2016 / 09:20 H.

Rafael se siente un privilegiado por ser el preso indultado gracias a la intermediación de la Cofradía del Perdón: “Estoy seguro de que el Cristo me ha elegido y no lo voy a defraudar”, asegura este jiennense de 44 años, al que todavía le quedaban cuatro meses de condena. Hoy, el hermano mayor Rafael Mariscal leerá la orden de indulto en un acto público que se celebrará a las puertas de la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén. Rafael la firmará y se incorporará la procesión como un nazareno más. Cuando llegue a la iglesia de Cristo Rey, será un hombre totalmente libre: “Es una segunda oportunidad”, sostuvo en una comparecencia, en la que ocultó su rostro con el caperuz de la hermandad.

El hermano mayor de la Cofradía, Rafael Mariscal, destacó el enorme esfuerzo realizado para conseguir el indulto a Rafael: “Es una persona que ha mostrado sus ganas de reinsertarse en la sociedad. Nosotros estamos muy orgullosos de él, porque ha luchado mucho para ganárselo”, explicó.

El educador del Centro Penitenciario de Jaén Jesús Sánchez detalló cómo ha sido el proceso de selección de los posibles candidatos al indulto. Así, aclaró que buscaron reclusos primarios, que su delito no hubiera atentado contra las personas, que mostraran buen comportamiento en la cárcel y, sobre todo, con escasas posibilidades de reincidir: “Rafael se ajustaba perfectamente. Da la talla”, matizó. Y Carmen Fernández, de la Pastoral Penitenciaria, destacó cómo el Cristo del Perdón se ha ganado un lugar en el corazón de muchos de los presos que están en la prisión jiennense: “Hablan de él como su Cristo”, aseguró esta hermana mercedaria de la Caridad. De hecho, diez internos han conseguido un permiso especial para salir en la procesión. Saldrán de la cárcel expresamente durante unas horas para ser nazarenos de “El Perdón”.

La Cofradía liberó al primer preso en 1955. Consiguió el indulto de forma ininterrumpida hasta 1974. Posteriormente, en la década de los 80, intentó retomar esta iniciativa, aunque sin éxito. No fue hasta 2014 cuando el Gobierno decidió favorablemente para que esta hermandad jiennense pudiera lograr la medida de gracia para un preso. El año pasado, no fue posible conseguir indulto alguno. “Para nosotros es un motivo de orgullo, porque supone ayudar a reinsertarse a estas personas”, concluyó Rafael Mariscal.