El olivo sonríe con millones de aceitunas
Los olivares se llenan de fruto que eleva la expectativa ante la próxima producción oleícola

Siempre fue bonito pasear entre los olivares. La policromía aceitunera marcada por el verde y el marrón que se funden con el azul del cielo y el amarillo de algunos atardeceres evocan belleza visual. El sonido del viento en las ramas o el olor a la tierra recién regada no es desconocido para miles de jiennenses. En cambio, esos paseos, a veces reflexivos y otros expectantes, ahora cobran un especial valor porque ya están aquí el nuevo fruto. La felicidad se plasma en la cara y los árboles sonríen con miles de aceitunas.
Ahora, caminar entre los olivares es imaginar la recolección, con la estrategia que dicta por dónde se empezará y por qué lugar acabar, cuántos trabajadores se necesitará e, incluso, estimar los kilos de aceituna que se llevarán a la almazara. Miles de jiennenses evocan esto en sus mentes mientras que caminan en soledad. Parecen abstraídos, pero sueñan con aceitunas, que es lo mismo que pensar en aceite, jornales, dinero y futuro.
La floración casi ha terminado. Algo queda todavía en las sierras, pero ya son cantidades muy pequeñas. El Complejo Hospitalario de Jaén indicaba —ayer— que había 1.239 granos de polen por metro cúbico de aire, lo que se consideraba una cantidad elevada y, consecuentemente, molesta para los alérgicos. Es ocho veces inferior al pico de floración de este año, pero sí que denota que algunas flores todavía quedan en los olivares de las sierras —los que son más tardíos—, mientras que se ven millones de aceitunas en las campiñas.
La cosecha tiene buena pinta. Ilusiona lo que se ve, aunque los agricultores son cautos. Saben que el fruto tiene que permanecer en el campo hasta Navidad, por lo que puede llover en otoño o no. O adelantarse el frío o, tal vez, que el verano no se quiera ir. La meteorología es clave, por lo que nadie dice que recogerá una gran cosecha. En cambio, el cuajado ha sido muy bueno.
“Estamos en junio. No se puede decir que esperamos un gran cosecha ni una recolección récord ni nada por el estilo. Sales al campo y ves que el cuajado ha sido bueno. Tal vez, no tan homogéneo como otros años, pero hay indicios bastante positivos. Cosecha puede haber, pero tenemos que ser prudentes porque queda mucho. No obstante, miras los olivares y están bonitos”, afirma el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores, Cristóbal Cano.
Por otro lado, el secretario general de COAG, Juan Luis Ávila, afirma: “El cuajado ha sido bueno en las zonas que van más adelantadas. En cambio, contamos con bastante retraso en general. En la campiña, por San Juan, otros años ya se había producido el endurecimiento del hueso. En cambio, parece que faltan unos diez días todavía. Mientras, las zonas de las sierras nos dicen que todavía hay floración. No sé cómo les afectará este incremento tan importante de las temperaturas durante esta semana”. Además, Juan Luis Ávila señala: “Podemos decir que vivimos una situación ilusionante motivada por dos factores: ha llovido y existe agua en los pantanos para regar. En cambio, todavía queda mucho”.
Precisamente, el sector oleícola español y, especialmente, el jiennense es muy sensible a las expectativas e ilusiones y, al final, se traslada en el propio mercado. Es cierto que los olivares apuntan a una buena cosecha, pero algunos temen que, si se genera esta expectativa, pueden bajar los precios. No obstante, ya no se mira solo a Jaén y a España, sino a los campos de Grecia, Túnez, Italia y Turquía. Allí parece que no viene una cosecha importante, por lo que el incremento en la provincia jiennense puede servir para compensar la caída de producción que se espera en estos países y así afrontar un año de estabilidad en la cotización.
2,78 euros para los extras
Los vírgenes extra salen de las fábricas de la provincia a una media de 2,78 euros por kilo, según indica el Observatorio de Precios de la Fundación del Olivar (Poolred). Está lejos de lo que ha sido su valor durante los últimos años, cuando ha cotizado por encima de los 3 euros por kilo en las operaciones a granel.
Nadie tiene tanta ilusión como los jiennenses que cuentan con una finca sin agua. Han tenido un final del invierno y un comienzo de la primavera muy lluvioso. Ha caído más agua de la que esperaban, por lo que sus árboles han dado un cambio considerable. De hecho, los técnicos, después de revisar el cuajado en las fincas de la provincia, aseguran que la verdadera diferencia está en los olivares de secano. Cuentan que las parcelas de regadío se encuentran en un estado muy similar al del año pasado. En cambio, las que no tienen goteros son otras diferentes.
Sin embargo, precisamente, aquí está la duda sobre la próxima cosecha jiennense. Como la diferencia cuantitativa está en las fincas que no pueden regar porque no cuentan con concesiones de agua, pues la producción dependerá mucho de cómo sea el próximo otoño e invierno. La primavera le ha venido muy bien, por lo que la floración y el cuajado ha sido bueno, pese a que la polinización ha contado con niveles de polen más bajos que en otros años. Pero, sin agua, la cosecha dependerá de que llueva en septiembre y en octubre. Si no lo hace, muchos secanos se caerán. En cambio, si lo hace, la producción crecerá bastante.