El eco del atentado de Londres “retumba” en Jaén
Jiennenses que residen en la ciudad inglesa tratan de recuperar la normalidad
La noticia golpeó con fuerza sobre las once de la noche, hora local, y la información llegaba de forma escalonada. La Policía británica confirmó las peores sospechas de los telespectadores. Según el comunicado oficial, a las 22.08 horas del sábado 3 de junio se recibieron informes de una furgoneta blanca que había atropellado a varios peatones en el puente de Londres. El vehículo se desplazó después hasta el mercado de Borough, donde los tres hombres apuñalaron a varias personas. El terrible drama se saldó, hasta ahora, con 10 fallecidos, 3 de ellos terroristas y 48 heridos, uno español, 21 con “pronóstico crítico”. Son 12 los detenidos relacionados con el caso. El miedo se apoderó, una vez más, de amigos y familiares que, preocupados, trataban de contactar con los jiennenses, como Mario García, ilustrador y desarrollador visual de La Carolina ,que lleva año y medio trabajando en pleno Soho. Su teléfono no dejó de sonar durante el día y, con razón. “Apenas vivo a cinco minutos del lugar del suceso y, cuando llegué estaba todo acordonado”, cuenta el carolinense, que añade: “Pero quince minutos después me dejaron pasar sin problema”. “Se agradece mucho el apoyo desde casa”, comenta sobre los continuos mensajes que recibe en su móvil, sobre todo el día de ayer: “Fue un caos”.
Leticia Calahorro trabaja con una familia londinense, pero este fin de semana se encontraba de viaje fuera de la ciudad. “En cuanto me enteré del atentado les llamé, y también a mis amigos que residen ahí; estaba muy asustada”, relata. La tosiriana tenía previsto su regreso para finales de año; sin embargo, está decidida a volver antes. “Este verano iré otra vez, quiero ver a mis compañeros de piso y a la familia con la que trabajo”, explica, y subraya su preocupación hacia ellos, pues residen en la zona de Crouchend, a unos veinticinco minutos en transporte público.
Pero los jiennenses no se dejan amedrentar. Mario García recuerda que en el atentado ocurrido en el puente de Westminster, el pasado 22 de marzo, él se encontraba a escasos cuatrocientos metros del lugar. “Se notan en el ambiente la inseguridad y la paranoia”, aporta. “Pero hay que continuar, no podemos quedarnos en casa, aunque haya ideas en la cabeza que antes ni se ocurrían, se debe seguir adelante”. Calahorro corrobora sus palabras. “Lo que tenga que pasar pasará, ya sea en un atentado o en un accidente de coche, eso no debe condicionar las decisiones de uno, que es lo que buscan los causantes, crear miedo, y no lo podemos permitir”.
La noticia del atentado terrorista de Londres despertó, inmediatamente, reacciones de repulsa por parte de las instituciones nacionales, la mayoría a través de redes sociales como Twitter. La Casa Real expresó sus condolencias mediante un “tuit” en el que señalaba la unión con los ingleses “en el dolor y defendiendo la libertad”. “El pueblo británico se sobrepondrá a la barbarie y a la sinrazón. Estamos unidos hoy también en el dolor y siempre defendiendo la libertad”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio su “sentido pésame” por los fallecidos y deseó la recuperación de los heridos mediante un “tuit” que finalizaba con “unidad” y firmó con sus iniciales.”
Por su parte, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se solidarizó con los afectados y advirtió de los riesgos de la falta de transigencia. “Toda mi solidaridad con las víctimas del atentado de Londres. La intolerancia jamás ganará a la democracia. No al terrorismo”, escribió la presidenta andaluza desde su “cuenta”. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, declaró: “Solidaridad con las víctimas y el pueblo británico. Unidad y firmeza frente a quienes amenazan nuestro sistema de convivencia”.
En una intervención ante los medios de comunicación, Íñigo Errejón manifestó la condena de Podemos al atentado y el deseo de una pronta recuperación para los heridos, “muy en particular para el compatriota español”. También incidió en la “buena labor” de las fuerzas del orden británico y en el deseo de “mantenerse firmes”.