El dulce sabor de la jornada más especial

Los atractivos roscones de Reyes se han convertido en una tradición gastronómica fuertemente consolidada

06 ene 2016 / 10:35 H.

Desde las siete de la mañana que subió las persianas de las diferentes panaderías que tiene repartidas por la capital, el Horno Puente Tablas no dejó de vender ayer los tradicionales roscones que endulzan la jornada de Reyes. “Es una tradición consolidada y atrae a mucha gente”, indicaba Pilar López, trabajadora de la cadena, en su establecimiento de la Avenida de Granada.

En los mostradores de casi cualquier panadería, confitería, supermercado o hipermercado era fácil encontrar el único dulce que está ligado a la llegada de sus Majestades de Oriente. Con sus sabores únicos o combinados de nata, chocolate, crema o trufa, los roscones de Reyes se han convertido en una tradición gastronómica que, por segundo año consecutivo y pensando en aquellas personas que viven solas, el Horno Puente Tablas, en concreto, elabora también en tamaño “mini”. La variedad está a la orden del día para atraer al mayor número de clientes a un bocado que se ha hecho indispensable cuando las fiestas de Navidad llegan a su fin. Como cualquier pastel, en general, los roscones tienen el poder de endulzar la vida y relajar tensiones, pero, además, se han convertido en sinónimo de unidad fraternal y familiar. El broche final de una deliciosa Navidad.