El 30% de alumnos de Primaria padece “bullying”

La forma más frecuente de agresión es el insulto entre los compañeros

30 ene 2017 / 12:06 H.

Fue hace solo unas semanas cuando en el patio de un colegio de Linares, un alumno sufría agresiones a manos de tres compañeros. El pequeño padeció traumatismos craneoencefálicos como consecuencia de los duros golpes. No es un hecho aislado. El acoso escolar es un problema que está ahí. Así lo constata el Centro de Estudios Andaluces, quien señala que un 30 por ciento del alumnado de Primaria en Andalucía, y, por ende, jiennense, está implicado como víctima en roles del “bullying”, fenómeno en el que un 2,6 por ciento agresores, un 15 por ciento son agresores victimizados —que al mismo tiempo son víctimas de otros— mientras que el 52,4 por ciento restante son espectadores. En el caso de la educación Secundaria, la cifra desciende hasta el 20 por ciento mientras que el porcentaje de los agresores se incrementa hasta el 6 por ciento. En esta etapa educativa, los agresores victimizados también suben hasta el 17 por ciento, igual que el rol de espectador crece hasta el 56 por ciento.

El Centro de Estudios Andaluces también recoge el “cyberbullying” —una forma indirecta de acoso mediante el uso de dispositivos digitales con acceso a internet—; las cifras se mantienen estables en los dos ciclos educativos: con un nueve por ciento de víctimas y un siete por ciento de agresores victimizados en ambos, excepto en el caso del rol de agresor donde aumenta del dos por ciento en Primaria al cinco por ciento en Secundaria, concretamente en 3 y 4 de la ESO. Los datos de la encuesta en función del sexo, revelan que los chicos están más implicados en fenómenos de “bullying” y “cyberbullying” como agresores y agresores victimizados, mientras que las chicas destacan en el rol de víctimas en ambos fenómenos. El trabajo señala que la forma más frecuente de agresión y victimización en casos de “bullying” y “cyberbullying” es insultar a otros compañeros, bien directamente o bien a través de terceras personas, tanto en Primaria como en Secundaria. Para los chicos la forma más habitual de agresión es de carácter físico, seguido de los insultos, resultados que coinciden con los de victimización, aunque ellas destacan en “ser insultadas a través de terceras personas”.

En el caso del “cyberbullying”, para los chicos de Primaria y Secundaria la forma más frecuente de agresión también es insultar en Internet, mientras que para las chicas es “excluir a alguien en las redes sociales” en el caso de Primaria y “decir palabras malsonantes a alguien sobre otra persona” en Secundaria. Amenazar, piratear la cuenta, hacerse pasar por otra persona, crear cuentas falsas para simular a otro, colgar fotos comprometidas, retocar fotos o difundir rumores, son algunas manifestaciones que señalan los estudiantes encuestados.

En el apartado sobre “dating violence”, el estudio analiza, en primer lugar, la situación sentimental de los chicos y las chicas escolarizados en Educación Secundaria Obligatoria. Desciende ligeramente en el número de chicos que afirmaban no haber tenido ninguna experiencia sentimental (del 40% al 35,2%). En esta etapa, los chicos y chicas con pareja actual la califican generalmente de “rollito” (aproximadamente el 9,5%) o de “relación seria” (en torno al 11%), si bien son muy pocos los que hablan de relaciones formales. En lo que respecta a la violencia física en pareja, los datos obtenidos señalan que la implicación de chicos y chicas en agresión física leve es de un siete por ciento de forma ocasional y un dos por ciento frecuentemente, mientras que la agresión física grave se da en un tres por ciento de forma ocasional y en uno por ciento de forma frecuente. Ante esta situación, una de las autoras del estudio y profesora de Universidad, Eva Romera, afirma que uno de los resultados más significativos es “la estabilidad de la implicación de los tres fenómenos estudiados, dato que indica que estamos ante un fenómeno estable, difícil de romper y que requiere respuestas educativas de mayor calado entre los escolares”. Romera destaca que la encuesta alerta de que “no se trata de fenómenos aislados sino que ocurren a los chicos y chicas con frecuencia”.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la relevancia del rol de agresor y ciberagresor victimizado, figura que, según la experta, “requiere de especial atención y análisis”. “Nos encontramos con un importante porcentaje de chicos y chicas que son víctimas del abuso de sus compañeros y compañeras a la vez que agreden a otros, lo que nos está indicando que hay confusión entre lo que es bueno o malo y que asumen como normal comportamientos que no lo son”, argumenta. Para los investigadores, los resultados presentados en este estudio plantean la necesidad de contar con propuestas de prevención e intervención “más sistematizadas” para abordar los problemas de “bullying” y “cyberbullying”. Para Romera, el nuevo protocolo de actuación en casos de ciberacoso que ha puesto en marcha la Consejería de Educación “pone el acento en la evaluación de la situación y en la coordinación docente, familiar y de servicios especializados”, aunque destaca que es necesaria “una respuesta amplia y global de la comunidad educativa ante un fenómeno tan complejo además de medidas específicas que incluyen la formación del profesorado para abordar casos concretos de acoso, la promoción de un clima escolar basado en el respeto, la solidaridad y la tolerancia y el trabajo dentro del aula con el grupo clase”.