Calle Alegría, otro ejemplo de la pena del casco antiguo

La demolición del número 9 de la vía prosigue y evidencia el deterioro general de la franja sur de la capital

24 abr 2018 / 09:16 H.

Un coche de alquiler, en el que viaja una pareja de turistas, pasa por delante de los Baños Árabes. Como los visitantes a la capital no son demasiados, es fácil descubrirlos en sus incursiones por el casco antiguo, por La Magdalena y San Juan. Los excursionistas tuvieron la oportunidad ayer de conocer el corazón de la principal ciudad del Santo Reino, con sus templos, sus casas señoriales, sus gentes y sus problemas que, lejos de menguar, crecen. A las conocidas heridas como el no Palacio de los Uribe, el solar del APA-III, el erial que hay sobre la Plaza de Santiago y, por citar otro, los coches aparcados en la lonja de San Juan sin que nadie los multe, hay que añadir las viviendas que se caen, fruto de las lluvias de marzo y abril. La calle Alegría, solo tiene de feliz el nombre al representar, últimamente, esta penosa realidad de los inmuebles ajados que son cientos. Los obreros contratados por el Ayuntamiento para el derribo del número 9 de la vía, para el que se plantea una demolición urgente desde hace casi un mes, echaron abajo la fachada principal de la casa ayer. No tiene otra solución, comentaron a pie de obra, y es probable que los desperfectos sean todavía más graves y que, al final, la única salida sea dejar un solar, otro más, a cinco minutos de la Catedral.

Hasta las narices de ver como se les cae el barrio a pedazos, la Asociación Torre del Concejo, que es la de San Juan, convoca a los vecinos a tres días de protestas la semana próxima, los 2, 3 y 4 de mayo. Las movilizaciones, no obstante, comienzan mañana mismo, un poco más hacia el suroeste. El colectivo ciudadano del barrio de El Tomillo, a los pies del Castillo, también tiene agotada la paciencia después de esperar, sin fruto durante casi medio año, a que el Gobierno local cumpla las promesas adquiridas en cuanto al mantenimiento y conservación de esta parte del casco urbano, donde también se cayó una vivienda recientemente. El presidente de la asociación, Francisco Jesús Zuheros, hace un llamamiento a sus paisanos para que se unan a la protesta, que incluye un corte vespertino de la Carretera de Circunvalación.

En la calle Alegría, mientras tanto, lucen pancartas en las que dos calaveras flanquean una llamada de auxilio, un SOS porque se hunde esta arteria, como otras. Francisco Jesús Castro, de “Torre del Concejo”, alaba el temple que tienen estos jiennenses, para lo que tienen que aguantar. Hay, dice, un problema tremendo de mantenimiento e inversiones, y las que se hacen, lamentan, “llegan mal”. “Por ejemplo, por no levantar la calle, por un pequeño arreglo, metieron las tuberías por la pared de un vecino y dejaron un hueco. Si no se tapa este agujero, lógicamente, cede”, reflexiona. “No es solo un problema de infravivienda. Es precisa la aportación de la Junta y el resto de administraciones”, apunta, convencido de que hay que cambiar la tendencia cuanto antes porque las carencias no hacen más que aumentar: sin aparcamientos, sin una facultad o centros educativos que dinamicen el barrio, sin tiendas, al envejecer y quedarse la zona cada vez más vacía.

Los que todavía resisten están cada día más indignados y surgen hasta pintadas. En una de las últimas, se ataca al alcalde, Javier Márquez, que consideró “absurdo” dar subvenciones para el arreglo de viviendas a personas que, en muchos casos, en sus palabras, “no tienen para comer”. En el escrito aparecido en una pared, se acusa al regidor de haber llamado “muertos de hambre” a los residentes en el barrio. El complejo panorama centrará parte del debate en el próximo pleno de la Corporación Municipal, previsto para el jueves, cuando Jaén en Común llevará una moción sobre la calle Alegría y el PSOE hará lo propio para reactivar el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico. Mientras, los turistas, como los de ayer, pueden seguir “disfrutando” de calles y plazas con un aire que recuerda a los restos de una batalla.