Begíjar, el orgullo de un pueblo en el que siempre hay una fiesta

San José, la Semana Santa y el Cristo de la Vera Cruz son singulares celebraciones

15 mar 2019 / 16:28 H.

Begíjar, en el corazón de La Loma, apuesta por dar a conocer sus tradiciones, puesto que no solo con el patrimonio se configura la esencia de un municipio. El municipio es, seguramente, uno de los que más fiestas tiene en la provincia, desde la dedicada a San José, durante la cual se lanzan bolitas de anís a la imagen, siempre con cariño y devoción, a la Virgen de la Cabeza, que baila durante todo el recorrido, gracias a los anderos y su virtuosismo. Además, por citar alguna de ellas, los begijeños viven con gran ilusión otra de sus celebraciones, la dedicadas al Cristo de la Vera Cruz, que son las patronales y llenan el pueblo de actividad y de gentes que vienen de la comarca y el resto de la provincia. La Semana Santa también merece mención aparte, como explica el concejal de Cultura, Turismo y Medio Ambiente, Francisco José Mendoza Bedmar. De hecho, para darla a conocer, este año Begíjar promocionará el cartel de la Pasión en la Feria de los Pueblos, una obra dedicada a la Virgen de los Dolores. Otro de los símbolos de los que presumir es la bandera, que está todavía de estreno, y que tiene el color del Rey Felipe VI, de color lila. En el pendón aparece el Ayuntamiento, como la casa de todos, además de la estrella polar, en referencia a Europa, la de Belén, por la tradición cristiana, la hebrea y la árabe, para dejar claro que todas las culturas son bienvenidas en Begíjar, como lo demuestra su historia. Además, hay un triángulo invertido, en alusión al paraje de Piedra Hincada, el paraje donde se hallaron los primeros resto romanos de la población que dio origen a la actual.

La estratégica posición geográfica de Begíjar, en un entorno de gran riqueza agrícola, posibilitó que haya estado habitado desde la más remota antigüedad. Los restos más antiguos se vinculan al Neolítico Final y a la Edad del Cobre (III milenio antes de nuestra era) en el asentamiento de Las Majadillas, y en el asentamiento un poco más tardío, de la Edad del Bronce, de Terrera del Goterón, también hay vestigios íberos.