Aumenta la media de edad de los compañeros de apartamento

El 45 por ciento de las personas que conviven juntos tiene entre 25 y 34 años

13 nov 2017 / 09:36 H.

Se busca compañero de piso”. Es común encontrarse este tipo de carteles en los postes, junto a los comercios o como complemento de las farolas del Gran Eje, el Paseo de la Estación y, sobre todo, cerca de la “zona cero” para los universitarios. Sin embargo, el perfil de los demandantes ha variado con el tiempo y el mar de olivos está cada vez más centrado a las personas que ya han cursado sus estudios y ofrecen una estabilidad económica. De hecho, la media de edad de las personas que buscaron vivienda para compartir en el último año es de 29 años. Según un estudio realizado por el portal inmobiliario Fotocasa, el segmento de edad que más personas concentra es el comprendido entre los 25 y los 34 años, en concreto el 45 por ciento. Le sigue el de entre 18 y 24, que concentra el 36 por ciento, aquellas personas de más de 35 suman el 20 por ciento. Además, el informe analiza la profesión de aquellos que comparten o que están buscando compartir vivienda. Aunque un importante número de las personas siguen siendo estudiantes, en concreto el 33 por ciento, la mayoría, un 67 por ciento, trabajan de forma activa, ya sea en una oficina (18 por ciento), en otras profesiones como medicina o abogacía, entre otros (10 por ciento), así como una variada gama de opciones laborales, según el barómetro usado en el estudio del portal web.

Diego Galiano, presidente del Consejo Andaluz de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) y del Colegio Oficial de Jaén, explica que lo más habitual es un alquiler en solitario o para la unidad familiar, y subraya que las personas que se decantan por alquiler compartido con terceras personas por habitaciones se debe, por un lado, a la necesidad al no disponer de recursos propios para mantener un alquiler en solitario o, por otro, a interés en la común convivencia, como ocurre en el caso de estudiantes de un mismo municipio o amigos entre sí.

“En Jaén, como en el resto del país, la demanda de alquiler se ha disparado desde hace unos años y agota la oferta existente, tanto de pisos como de habitaciones sueltas”, asegura Galiano. Desde API recalcan que el arrendamiento en la provincia no suele ser “muy seguido”, sino que se busca la temporalidad. Lo habitual es permanecer en una vivienda durante diez meses. “Existe bastante equilibrio en Jaén, aunque quizás hay más volumen de inquilinos puntuales como trabajadores eventuales o estudiantes”, cuenta Galiano. Entre septiembre y junio, por movilidad laboral o educativa, los jiennenses buscan la alternativa de compartir una vivienda por unos meses, lo cual sirve de “solución”, en especial para interinos que necesitan de una vía más económica que las idas y venidas en su vehículo de un municipio de la provincia a la capital para trabajar. El precio medio del alquiler en el mar de olivos ronda de los 150 a 200 euros, una variación que depende de la ubicación, el tamaño del inmueble y sus prestaciones.

subarrendar. Desde el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Jaén alertan de la existencia de los alquileres “ilegales” entre las numerosas ofertas. Afirman que no hay datos oficiales, pero son conscientes de la realidad. “Hay engaños a los propietarios e inquilinos astutos que se dedican a subarrendar habitaciones sin consentimiento y así ellos viven gratis y, a veces, hasta sacan beneficio”, alertan. Esta práctica que normalmente no está permitida en el contrato y se especifica antes de la firma, debe contar con el consentimiento expreso y por escrito del casero. “La sanción en caso de incumplimiento es que el propietario tiene derecho a resolver el contrato de arrendamiento (art. 27.2.c LAU) así como al desalojo de los ocupantes y reclamar los daños y perjuicios que le hayan sido ocasionados”.

El alquiler jiennense, el segundo más barato

A lo largo de este verano, el precio del alquiler en la comunidad autónoma descendió de forma generalizada. En agosto el dato se reflejó en una bajada del 1 por ciento, lo cual situaba el metro cuadrado en 6,63 euros. Una diferencia del 17,8 por ciento menos comparado con la media nacional, que alquila a 8,07 euros el metro cuadrado, según los datos del Índice Inmobiliario del portal Fotocasa. Esta variación a la baja también afectó al mar de olivos, donde se podían encontrar apartamentos a 4,65 euros el metro cuadrado, lo cual muestra una diferencia mensual del 2,3 por ciento.

Actualmente, y tal como publica otro informe sobre el tercer trimestre de 2017 del portal Idealista, la provincia jiennense se coloca en el segundo puesto de arrendamientos más económicos, que ha descendido hasta 4 euros el metro cuadrado. Ávila es la provincia más barata para alquilar una vivienda, con 3,9 euros el metro cuadrado al mes, y Cáceres ocupa el tercer puesto, con 4,1 euros el metro cuadrado. Sin embargo, hay municipios andaluces que sufrieron un incremento en la valoración trimestral. Mairena del Aljarafe (Sevilla) es donde más subió el precio, con un 4,4 por ciento más al mes, hasta el 0,1 por ciento que recogió en Alcalá de Guadaira, también en Sevilla. Por el contrario, la caída más pronunciada la experimentó Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz (-6,8 por ciento), que ahora está a 5,84 euros el metro cuadrado.

“Mi consejo: hablando
se entiende la gente”
Susana garrido |
Comparte piso en Baeza
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Susana Garrido tiene 44 años y hace un tiempo que se decidió a compartir la vivienda. “En el pasado me ha ido muy bien, he tenido a gente con la que he estado muy a gusto, así que no me arrepiento”. Se encuentra en Baeza, donde es inevitable encontrar gente del municipio vecino y con quien comparte título de Patrimonio de la Humanidad. “Viene mucha gente de Úbeda porque aquí es más barato encontrar una habitación y se está muy cerca”.

Garrido es trabajadora y busca un compañero que igualmente tenga una profesión laboral. “O que sea alumno de la Guardia Civil, también me serviría”. Asegura que el perfil que busca es de una persona más acorde a su edad. “Prefiero no meter universitarios, no quiero ser la madre de nadie ni andar regañando a la gente por casa”. Garrido explica las ventajas de la convivencia: “Es la manera más cómoda de compartir y cubrir gastos como el alquiler, la comida, la comunidad... La situación económica todavía es complicada, así que hay que escoger entre o compartir o no poder pagar a fin de mes”.

Pero afirma que “no es fácil”. “Al fin y al cabo somos dos personas que nos acabamos de conocer que ahora se ven día a día, en el mismo sofá”. Garrido subraya que la “buena comunicación es esencial” para conseguir un ambiente “aceptable” dentro de la casa. “Hay que hablar con la persona, comentarle qué puede molestar, como su tono de voz, si da portazos o cualquier otro detalle que, aunque parezca sin importancia, son los que configuran la convivencia diaria y, si no se hablan con tiempo, puede desembocar en algo peor”. Garrido recuerda que hasta ahora ha tenido suerte. “Me llevo bien con la gente que ha estado en casa, eran personas amables y educadas, espero que siga así”.

“Busco un perfil muy específico y concreto”
Alejandra Rodríguez |
Propietaria de Torredonjimeno
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Alejandra Rodríguez lleva una temporada alquilando su inmueble de Torredonjimeno. “El perfil que busco es muy específico y concreto, porque sé que aquí no hay estudiantes universitarios como en la capital”, cuenta, y añade: “Aquí el que busca alquilar es porque no hay dinero para comprar o por encontrar una alternativa temporal”.

Las personas a las que suele entregar una copia de su llave son docentes o ingenieros. “Hay muchos profesores que vienen a Torredonjimeno o alrededores a trabajar, por lo que necesitan un sitio donde quedarse unos meses; lo mismo ocurre con los ingenieros, que vienen de otro municipio para estar más cerca de su puesto laboral”. La empresa Valeo, en Martos, es un punto importante para propietarios como Rodríguez. “Toda la zona alrededor de la empresa está completa, la demanda en Martos es más grande que la oferta, por lo que mucha gente se ve forzada a buscar piso en los pueblos de alrededor, como Torredonjimeno, que está a unos minutos en coche, así que vienen muchas personas interesadas que trabajan ahí”.

Otra de las claves por las que busca gente trabajadora es por la seguridad económica. “Necesitamos arrendatarios que puedan responder en el pago, algo más factible con empleados con contrato fijo, como funcionarios o similar, pues incluso poseer un contrato temporal no afianza la posibilidad de ingresar el alquiler todos los meses”. Rodríguez es consciente de que cada vez que acepta que alguien entre en el inmueble es “un riesgo”. Por eso subraya la importancia de hacer “una buena selección previa”. “Hasta ahora me ha ido bien, no he tenido problemas, por eso prefiero seguir con este método y tener el piso vacío durante unos meses a vivir preocupada con un perfil diferente”.